Sembrar las semillas para la regeneración rural de Europa
Las zonas rurales de Europa están en declive debido a la atracción por las zonas urbanas que sienten las generaciones más jóvenes. Mediante el trabajo con jóvenes de toda Europea, el proyecto RURALIZATION (The opening of rural areas to renew rural generations, jobs and farms), financiado con fondos europeos, intentó comprender mejor sus aspiraciones en la vida y cómo podían satisfacerse en entornos rurales. «No es cierto que la mayor parte de los jóvenes solo sueñen con la vida en la ciudad y, aunque algunas tendencias han ido en detrimento de las zonas rurales, vemos nuevas oportunidades que pueden potenciarse con las políticas y los incentivos adecuados», explica el coordinador del proyecto, Willem Korthals Altes, catedrático de Desarrollo Rural en la Universidad Tecnológica de Delft (los Países Bajos).
Sueños, tendencias y prácticas prometedoras
El equipo del proyecto ha preguntado a más de dos mil jóvenes de veinte regiones europeas por el futuro de sus sueños: dónde les gustaría vivir, a qué les gustaría dedicarse, con qué estilos de vida y enfrentándose a qué obstáculos. «Al comparar las ubicaciones actuales de los encuestados con sus ubicaciones ideales, vemos una clara tendencia hacia la ruralización con grandes aspiraciones», añade Altes. «Por ejemplo, mientras que el 21 % estaba viviendo en un centro urbano, solo el 10 % quería seguir allí 15 años después». En el ámbito del proyecto, se han identificado diez megatendencias que afectan a la mayor parte de las zonas, veinte tendencias específicas de ciertas regiones y treinta signos de cambio localizados, que los investigadores bautizaron como «señales débiles». Mientras que algunas megatendencias, como las repercusiones del cambio climático y el envejecimiento de la población, están bastante bien establecidas, suscitaron un especial interés las trayectorias de las señales y tendencias débiles incipientes. «Por ejemplo, se ha hablado de que la COVID ha creado una mayor apreciación por la vida rural, impulsada por el teletrabajo y por el interés por la sostenibilidad, pero, para convertirse en megatendencia o incluso en tendencia, se necesitarían políticas capacitadoras», explica Altes. Para afrontar la cuestión del acceso a la tierra, tras investigar las medidas jurídicas y de política en todos los Estados miembros de la Unión Europea (UE), se vio que pocas se centraban en la renovación generacional y que apenas se hacía énfasis en la atracción de nuevos participantes agrarios en comparación con la concentración parcelaria. «El mercado del suelo agrícola de la UE no está funcionando de forma equitativa, puesto que el 3,4 % de las granjas controla el 52,6 % de la tierra. La mayor parte de los agricultores tiene más de 55 años y, al basarse habitualmente la sucesión de las granjas en herencias patriarcales, la desigualdad de género es acusada», observa Altes. Para abordar estos retos, se llevaron a cabo treinta estudios de casos a fin de identificar un acceso prometedor a las prácticas agrarias: diez de recién llegados rurales, diez de nuevos participantes agrarios y diez de herederos de granjas. Se seleccionaron sesenta y cuatro prácticas innovadoras, incluidos el respaldo a nuevos participantes antes de identificar la tierra, la accesibilidad al suelo agrícola, la priorización del uso de la tierra sostenible y multifuncional y la garantía del acceso para agricultores independientes. «Definimos cuatro componentes básicos para el cambio: mejor promoción de la innovación; adaptación de las normativas agrarias para beneficiar a los nuevos participantes; más empoderamiento de las autoridades locales, y una política agrícola común renovada para permitir el acceso a la tierra», añade Altes. «Actualmente los estamos integrando en materiales informativos para las autoridades locales y los agentes de cambio rurales».
Cambiar la tendencia
Se estima que las poblaciones urbanas habrán crecido un 12 % entre 2014 y 2050, mientras que las zonas rurales habrán disminuido un 8 %. Por otra parte, el producto interior bruto urbano por persona se ha calculado en 34 179 EUR, frente a los 19 104 EUR en las zonas rurales. Estas discrepancias amenazan la cohesión social y económica en toda la UE. Pese a que la UE asignó 9 600 millones de euros entre 2007 y 2020 para apoyar a los jóvenes agricultores, en su informe especial de 2017, el Tribunal de Cuentas concluyó que esto «se basa en una lógica de intervención mal definida» y que «tendría que orientarse más a favorecer un relevo generacional eficaz». «Necesitamos un planteamiento nuevo para derribar la tendencia a largo plazo de la urbanización, uno que encaje con las estrategias de las regiones sin dejar de contribuir a la Declaración de Cork 2.0 “Una vida mejor en el medio rural”», explica Altes. En este sentido, el equipo del proyecto ha presentado diez acciones piloto relacionas con el acceso a la tierra y la gestión de la tierra y ha creado un curso masivo abierto en línea y diseñado para los profesionales del desarrollo rural.
Palabras clave
RURALIZATION, tierra, granja, jóvenes, urbano, agrícola, rural, despoblación, tendencias, innovación social