Disminución de los residuos de carne y pescado mediante un sencillo dispositivo portátil
Según los cálculos, cada año se desperdician 173 kg de alimentos por persona en la Unión Europea, lo cual genera un total de 170 millones de toneladas de CO2. Gran parte de esta contaminación se debe a los productos cárnicos y pesqueros: «El 10 % de toda la carne y el 50 % de todo el pescado producidos se desperdician a causa de las dudas sobre su frescura y de unas fechas de caducidad calculadas incorrectamente por la industria», afirma Jeanette Hvam, directora general de la empresa emergente danesa de tecnología profunda AmiNIC.
Menos errores humanos
Su empresa ha desarrollado una solución sorprendentemente sencilla para este importante problema mundial. Los cálculos actuales de la vida útil de almacenamiento se basan en los sentidos humanos o en datos microbianos genéricos. El equipo de AmiNIC desarrolló un dispositivo portátil capaz de medir el frescor y de determinar, en cuestión de segundos, una fecha de caducidad más precisa para la carne y el pescado. El dispositivo integra una solución nanotecnológica patentada con una microvoladizo que actúa como sensor: mide las concentraciones de cadaverina, un compuesto orgánico presente en los tejidos animales en descomposición. «La vibración del voladizo cambia cuando se detecta cadaverina de forma proporcional al tiempo que tiene la carne o el pescado», explica Hvam. Al comparar las mediciones con curvas de predicción de la caducidad en una base de datos, el dispositivo obtiene una fecha precisa.
Alta precisión
El proyecto financiado con fondos europeos Food waste reduction permitió a AmiNIC ampliar y reforzar el equipo con competencias clave. De este modo, los investigadores pudieron perfeccionar el microsensor personalizado, mejorando considerablemente la señal de salida del dispositivo. «Fuimos capaces de aumentar su sensibilidad y resolución, que son esenciales para alcanzar la precisión, velocidad y fiabilidad deseadas para las mediciones», señala Hvam. «Además, el proyecto ha generado un gran valor añadido y conocimientos patentables que refuerzan su potencial de aprovechamiento».
Gran impacto
El equipo de Hvam ha logrado avanzar considerablemente hacia la comercialización de la tecnología. Durante el proyecto, los prototipos del dispositivo se probaron con clientes de diferentes sectores, incluidos restaurantes y la industria de transformación de alimentos. «Muchos de los participantes en las pruebas y clientes potenciales están mostrando un gran interés en nuestra solución y hemos vendido nuestros primeros equipos como ventas piloto», añade Hvam. El uso de esta solución en empresas que trabajan con carne y pescado no solo podría tener un gran impacto económico, sino también reducir notablemente nuestra huella de carbono. «Desperdiciar carne y pescado resulta especialmente perjudicial para el medio ambiente, dado que la producción de esos alimentos genera, de media, una contaminación siete veces superior a otros productos alimentarios», explica Hvam. «El uso de nuestra solución en un 40 % de los casos en nuestros segmentos objetivo podría reducir en un 6 % la huella de carbono generada por los residuos de alimentos».
Palabras clave
Food waste reduction, carne, residuos de pescado, dispositivo portátil, nanotecnología, fecha de consumo preferente, huella de carbono, microvoladizo, sensor