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Smart MAnagement of spent mushRoom subsTrate to lead the MUSHROOM sector towards a circular economy

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Una gran oportunidad: convertir el sustrato poscultivo de hongos en abono

El cultivo de hongos da lugar a un sustrato residual cuyo tratamiento es costoso para los productores. En consonancia con la bioeconomía circular, Smartmushroom ha desarrollado una técnica respetuosa con el medio ambiente para suprarreciclar los residuos agrícolas como abono.

Alimentos y recursos naturales icon Alimentos y recursos naturales

Al igual que las plantas obtienen los nutrientes para su crecimiento de los suelos, los hongos los obtienen de los sustratos compuestos por residuos ganaderos y agrícolas. Después del cultivo, una vez agotados los nutrientes, estos sustratos se conocen como sustratos poscultivo de hongos (SPCH). El SPCH se suele volver a convertir en compost para obtener abono, pero tiene un alto contenido de humedad (alrededor del 70 %), por lo que antes hay que secarlo para reducir los costes de transporte. Normalmente, esto implica dejar el sustrato en el exterior y confiar en que el sol haga su trabajo. El proyecto financiado con fondos europeos www.smartmushroom.eu (Smartmushroom) ha desarrollado y demostrado un proceso que utiliza el biogás generado a partir de SPCH frescos para secar una mezcla de digestato y SPCH a fin de convertirla en abono peletizado. «Este biofertilizante puede venderse a cualquier región de Europa —afirma Pablo Martínez, coordinador del proyecto en el Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón de La Rioja—. La demanda de abono peletizado de los agricultores es mayor que la capacidad de fabricación de nuestra instalación piloto, por lo que estamos contentos con los resultados del proyecto».

Producción de biofertilizante

La nueva técnica metanogénica de Smartmushroom utiliza hidrólisis seguida de una digestión anaeróbica. El biogás resultante alimenta un proceso de secado con hasta un 28 % de humedad que, mediante la condensación y la adsorción a través de filtros de sepiolita, acelera la eliminación del agua del SPCH. Después, el SPCH seco puede enriquecerse con un abono natural de nitrógeno, fósforo y potasio, adaptado a necesidades agrícolas específicas, antes de ser peletizado. El proyecto llevó a cabo varios ensayos centrados en tres ámbitos. Para probar la digestión anaeróbica, el equipo experimentó con diferentes mezclas de digestión a escala de laboratorio. Con el SPCH como materia prima principal, se añadieron otros sustratos residuales procedentes de la agricultura para optimizar la generación de biogás y aumentar el contenido de metano. Esto permitió al equipo establecer los parámetros óptimos de alimentación para una planta piloto. La mejor proporción resultó ser siete partes de SPCH por dos partes de aguas residuales procedentes de la fabricación de mermelada y una parte de glicerina. La temperatura, la duración y la velocidad de la cinta de la secadora se ajustaron para maximizar su rendimiento con el biogás, al tiempo que se adaptaban a las variaciones de la composición. Esto permitió establecer un ajuste automático para la secadora. Los «pellets» a base de SPCH se probaron como abono en diferentes cultivos: lechuga, coliflor, pimiento, tomate, brócoli, viñas y cereales. Esto se hizo en invernaderos y campos abiertos en España y Serbia. «Los ensayos tuvieron tanto éxito que los agricultores que participaron quisieron seguir utilizando estos “pellets”», señala Martínez. El proyecto construyó una planta piloto de secado de SPCH en Sustratos de La Rioja, el gestor autorizado de residuos procedentes del cultivo de hongos en la región. Los digestores anaeróbicos se instalan en una versión modular de un contenedor, en lugar de un edificio de hormigón, para acomodar cantidades variables de SPCH. La secadora está compuesta por un quemador que seca el SPCH hasta alcanzar la humedad requerida por la cadena de producción que fabrica los «pellets». «Los resultados han sido muy positivos, ya que la instalación piloto es capaz de convertir 36 000 toneladas de SPCH fresco en 8 500 toneladas de “pellets” de biofertilizante al año», afirma Martínez.

Beneficios de cultivar hongos

Según Martínez, la innovación de Smartmushroom no solo ahorrará a los productores los costes de gestión de residuos, calculados en 29,2 millones EUR para todo el sector europeo, sino que creará una fuente de ingresos. Además, el sistema ofrece beneficios ambientales, ya que se trata de un proceso de secuestro de carbono que transfiere el dióxido de carbono atmosférico al suelo. También ayuda a mitigar la degradación del suelo al añadir un abono con hasta un 50 % de materia orgánica. «Al aumentar el valor de los residuos procedentes del cultivo de hongos, Smartmushroom puede incrementar las ganancias de los productores, lo que resulta beneficioso para el empleo y aumenta la competitividad del sector agrícola», comenta Martínez. Ya están disponibles las simulaciones de industrialización, por lo que la instalación piloto está lista para su ampliación. Si las restricciones de movilidad por la COVID-19 lo permiten, el equipo organizará pronto visitas a la instalación.

Palabras clave

Smartmushroom, hongo, sustrato, residuos, abono, biofertilizante, «pellet», cultivo, biogás, agrícola, dióxido de carbono

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