¡De otro mundo! Los alimentos en el espacio han avanzado mucho
Olvídese de los alimentos espaciales tradicionales para astronautas. Es tiempo de dejar espacio a la langosta, la carne a la Borgoña, el bacalao con arroz negro, las tortillas de patatas con setas y las tartas de almendras con peras caramelizadas. Estas son las delicias culinarias que disfrutará el astronauta francés Thomas Pesquet a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI). Pesquet es el primer europeo en despegar con el sistema de cápsulas y cohetes de SpaceX. Pasará parte de su estancia de seis meses al frente de la EEI durante los experimentos científicos relacionados con la investigación humana, la biología y las ciencias ambientales y de los materiales.
Nunca se olvide su comida francesa
Los franceses siguen siendo firmemente fieles a la buena comida y Pesquet, de la Agencia Espacial Europea, no es la excepción. Entonces ¿por qué no disfrutar de la famosa cocina mientras está en órbita? «Hay muchas expectativas cuando envías a un francés al espacio», comentó. «Soy un cocinero terrible, pero está bien si alguien cocina por mí». Pesquet y la tripulación se deleitarán con delicias preparadas por tres instituciones culinarias francesas diferentes. «Obviamente, todos mis colegas esperan buena comida». Las raciones no estarán en el menú diario, están reservadas para ocasiones especiales como los cumpleaños. Saborear estas comidas no hubiera sido posible sin Raphaël Haumont, catedrático de Química Física en la Universidad Paris-Saclay, y Thierry Marx, chef galardonado con estrellas Michelin. Ambos habían preparado algunos platos para Pesquet en 2016 cuando hizo su primer viaje a la EEI. La empresa de «catering» de la aerolínea francesa Servair también se une a la preparación. «He disfrutado su comida durante mucho tiempo», agregó. Toda la comida se prepara de manera artesanal.
Soluciones innovadoras para los alimentos espaciales
Servir los alimentos en el espacio conlleva varios retos porque deben adaptarse al entorno y, al mismo tiempo, conservar la mayor cantidad posible de sabor y textura. En su mayoría se liofilizan y se extrae el agua para disminuir el tamaño y el volumen. Los alimentos deben someterse a un proceso de cocción meticuloso para garantizar que sean comestibles después de varios meses. La textura tiene que ser la correcta para evitar que floten. La mayoría de los alimentos deben calentarse a 140 °C durante unos sesenta minutos. El doctor Haumont señaló: «¿Se imagina un pastel o un trozo de pollo o algo similar en la Tierra? Más de una hora de cocción a 140 °C destruyó la estructura. Por eso tenemos que reelaborar las técnicas de cocción». El alcohol también está prohibido. Entonces ¿qué hizo el equipo culinario con el alcohol que acompaña a la salsa de setas? Marx agregó el alcohol, pero lo extrajo a través de un evaporador giratorio sin quitarle el sabor. Se utilizó un instrumento de resonancia magnética nuclear para asegurar que la salsa estuviera libre de alcohol. Debido a los procesos físicos involucrados, preparar y servir alimentos en el espacio nunca se parecerá a cómo se hace en la Tierra. Sin embargo, eso no impedirá que tanto los científicos como los chefs hagan que la experiencia gastronómica sea la mejor posible. Al fin y al cabo, ¿quién sabe qué nuevas aventuras culinarias nos aguardan cuando los humanos cocinen y cultiven en las próximas misiones a lugares lejanos como Marte?
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