La inseguridad laboral en España hace que los hombres sean menos proclives a tener hijos
El trabajo temporal es demasiado habitual en España. Según la www.oecd.org/employment/database (base de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) (OCDE), en 2017, más del 26 % de los empleos ofrecidos en España fueron contratos temporales. Se trata del porcentaje más elevado de entre los 34 países de la OCDE. España también ha experimentado un marcado descenso de la fertilidad desde finales de la década de 1970 y se ha unido a otros países, como Italia, que tuvieron algunas de las tasas de fertilidad más bajas del mundo durante la década de 1990. Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) decidieron estudiar, como parte del proyecto SEU-FER, los vínculos entre estas dos características investigando cómo afectan el empleo temporal y el desempleo a las decisiones de los hombres a la hora de tener un hijo. Esta iniciativa, llevada a cabo con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, es parte de un intento más amplio de estudiar los determinantes de la fertilidad cambiante en el sur de Europa a lo largo del tiempo.
Estudiar a los hombres es innovador
Los demógrafos interesados en la fertilidad suelen estudiar a las mujeres. «Hasta ahora, los académicos han prestado menos atención a la fertilidad masculina, pero nosotros consideramos que es algo que no puede ignorarse si se desea comprender la dinámica de la fertilidad a día de hoy», afirma Stanislao Mazzoni, investigador principal de SEU-FER. Con los datos de la Encuesta de fecundidad de 2018, el equipo de SEU-FER reconstruyó las biografías de 2 619 hombres nacidos entre el año 1962 y el 2000, lo que incluye el rendimiento académico y los tipos de contratos laborales que tuvieron. Para el análisis, estudiaron las biografías desde los 15 años de edad hasta la concepción del primer hijo de cada hombre. Utilizaron el estatus de desempleado como punto de referencia y, a continuación, calcularon el impacto que tenía el estado laboral de un hombre sobre el tiempo en que tardaba en convertirse en padre.
La incertidumbre retrasa la paternidad
«Vemos que, en comparación con un hombre sin empleo, un hombre con un contrato temporal se convierte en padre un poco antes, pero que la diferencia no es estadísticamente significativa», explica Mazzoni. «Sin embargo, cuando comparamos a un hombre sin empleo con uno con un empleo fijo, vemos que este empleo fijo facilita el que se convierta en padre, pues sucede un 30 % más rápido que en el caso de un hombre sin empleo». Por tanto, se demuestra que la experiencia de los contratos temporales aumenta la incertidumbre de los hombres jóvenes y tiene el efecto de ralentizar algunas de sus elecciones vitales fundamentales. Estos hallazgos pueden ser de interés para muchos fuera del campo de la demografía. «Esto es sumamente relevante, porque estamos en medio de una pandemia y una recesión y necesitamos tener las herramientas para predecir qué ocurrirá», añade Diego Ramiro, coordinador del proyecto y director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC. Ramiro también señala que ya se están desarrollando grandes estudios para explorar los efectos de la pandemia de la COVID-19 sobre la salud de las poblaciones europeas, pero que no se está estudiando el impacto sobre la fertilidad. Según Ramiro, la realidad a menudo contrasta con las expectativas. «Todo el mundo esperaba que se produjera una explosión de natalidad durante los meses de marzo y abril de este año, pero se produjo una caída de la natalidad, justo lo contrario. Dado que la edad con la que se tiene el primer hijo ya es tardía, si una pareja lo retrasa, muchas acabarán por no tener ninguno, con todas las consecuencias que eso conlleva para la sociedad», subraya.
Palabras clave
SEU-FER, fertilidad masculina, tasa de fertilidad, trabajo temporal, desempleo, paternidad, demografía, COVID