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Un nuevo modelo mejora las previsiones de los terremotos

Los geocientíficos han desarrollado una nueva ecuación para predecir mejor cuándo y dónde puede ocurrir un terremoto.

Los terremotos son difíciles de predecir, lo que complica organizar evacuaciones antes de que ocurran para evitar considerables pérdidas humanas. Entre 2000 y 2019, los terremotos se cobraron la vida de más de 800 000 personas en todo el mundo, según el portal norteamericano U.S. Geological Survey. Si bien una red sismográfica puede registrar un terremoto, no es posible precisar con exactitud la magnitud, el tiempo y el lugar de un futuro movimiento sísmico. ¿Y si existiera una nueva forma de predecir mejor los terremotos? Con el apoyo parcial del proyecto DEGASS, financiado con fondos europeos, un equipo de investigadores se ha dedicado justamente a crearla, desarrollando un modelo matemático capaz de ayudar a los geofísicos a predecir mejor cuándo y dónde puede producirse un terremoto. Junto con sus colegas del proyecto DEGASS, la Universidad de Liverpool y la Universidad de Utrecht, la coordinadora del proyecto, la doctora Sabine A.M. den Hartog del Centro Lyell —colaboración conjunta entre la Universidad Heriot-Watt (HWU) y el Servicio Geológico Británico—, utilizó las matemáticas en lugar de basarse en experimentos de laboratorio. Se intentó predecir la fuerza de fricción, es decir, la requerida para provocar el movimiento a lo largo de una falla de filosilicatos, un tipo de mineral en forma de placas finas que se encuentra en la parte más débil de las fallas de la corteza terrestre, donde ocurren los terremotos. Una noticia publicada en el sitio web de la HWU afirma: «Los sismólogos suelen recrear el movimiento con fallas simuladas en laboratorio para tratar de entender los procesos ocurridos a microescala que dan lugar a los terremotos. Si bien los experimentos han ayudado a los científicos a comprender mucho mejor el movimiento de las fallas y los terremotos, presentan limitaciones debidas a la dificultad de reproducir las condiciones extremas presentes en las profundidades de la corteza terrestre mediante experimentos de laboratorio». Den Hartog, citada en la misma noticia, señala que el equipo «formuló un conjunto de ecuaciones para predecir cómo varía la fuerza de fricción de los filosilicatos cuando cambian condiciones como la humedad o la velocidad de movimiento de las fallas». Destaca que su técnica «facilita enormemente a los modeladores simular el movimiento de la falla en condiciones naturales, terremotos incluidos». Den Hartog añade: «Nuestro modelo predice que la movilidad en las zonas de fallas ricas en filosilicatos se dificulta a medida que se acelera el movimiento, lo cual concuerda con los experimentos. Esta conducta tiende a inhibir los terremotos y sugiere que, mientras que los filosilicatos son débiles y favorecen el movimiento silencioso de las fallas, otros minerales distintos tienen un papel importante en el origen de los terremotos».

Es necesario seguir investigando

Los hallazgos se publicaron en la revista «Journal of Geophysical Research: Solid Earth». «Aunque se han propuesto numerosas explicaciones cualitativas para el bajo coeficiente de fricción que muestran los filosilicatos, especialmente en presencia de agua, nuestro estudio supone un nuevo paso hacia un modelo cuantitativo basado en la física». En la noticia de la HWU, den Hartog comenta que se requiere seguir investigando para perfeccionar el modelo. «No pudimos explicar la relación entre las fuerzas que impiden el deslizamiento de las fallas con respecto a las capaces de activar el movimiento de dichas fallas, por lo que queda trabajo pendiente en este campo». El proyecto DEGASS (An experimental approach to understand inDuced sEismicity in GAS Shales) finalizó en 2017. En él se examinaron «las condiciones y los mecanismos de deformación a microescala que conducen a un deslizamiento de fallas estable o inestable en fallas reactivadas en esquistos gaseosos ricos en arcilla y cuarzo», como se explica en la ficha informativa del proyecto. El gas de esquisto hace referencia al gas natural que se halla en formaciones de roca sedimentaria clástica de textura fina que contienen lodo o limo. Para obtener más información, consulte: Proyecto DEGASS

Palabras clave

DEGASS, terremoto, filosilicato, falla, corteza

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