Biología química: un conjunto de instrumentos químicos como respuesta a cuestiones biológicas
El cuerpo humano es una sofisticada máquina química, precisa y eficiente. El funcionamiento normal y la enfermedad están estrechamente entrelazados con la coordinación de cientos de intrincadas reacciones químicas. La cooperación interdisciplinar es esencial para obtener una visión clara sobre cómo funciona el cuerpo y descifrar los vínculos químicos entre las condiciones fisiológicas y los trastornos patológicos. Al combinar los principios centrales de ambas disciplinas, la biología química revela estructuras moleculares, métodos e instrumentos importantes para manejar y estudiar los procesos biológicos a nivel químico. Los estudios suelen ir de la mano de otros campos en los que participa también la química: la química sintética, la química analítica y la química física.
La contribución de la Unión Europea a la salud
La Comisión Europea apoya plenamente la investigación y el desarrollo de tecnologías sanitarias. En su Séptimo Programa Marco (7PM), asignó más de 6 000 millones EUR a proyectos de investigación centrados en tres áreas clave: Biotecnología, herramientas genéricas y tecnologías en beneficio de la salud humana, Investigación traslacional en beneficio de la salud humana y Optimizar la atención médica a los ciudadanos europeos. En total, entre 2009 y 2013 recibieron financiación 552 proyectos. Durante el programa Horizonte 2020 (2014-2020), la Unión Europea invirtió más de 7 000 millones EUR en el reto social «Salud, cambio demográfico y bienestar», centrándose en la investigación sanitaria colaborativa traslacional. En total, se financiaron 562 proyectos relacionados con la biología química. Entre 2009 y 2018, en torno al 7 % de los proyectos de la Unión estuvieron relacionados con la biología química y recibieron financiación del Consejo Europeo de Investigación (CEI).
Destacar los proyectos innovadores de la Unión Europea
Este Results Pack de CORDIS presenta ocho proyectos, más una breve introducción a una iniciativa en curso, que se muestra muy prometedora en las primeras etapas de investigación. Estos proyectos fueron pioneros en el diseño de instrumentos químicos para comprender mejor diversas enfermedades, entre ellas, el cáncer, enfermedades infecciosas y trastornos neurodegenerativos. Los avances también han tenido implicaciones de gran calado en el descubrimiento y la administración de fármacos. Todos los proyectos recibieron financiación del CEI. En el proyecto aLzINK en curso se ha identificado una diana farmacológica que podría evitar la cascada de acontecimientos que, con el tiempo, dan lugar a la enfermedad de Alzheimer. Con el objetivo de lograr una administración más eficaz de los medicamentos, en el proyecto https://cordis.europa.eu/article/id/418488/es (BTVI)se utilizaron profármacos que revelan su acción terapéutica una vez que, en el interior del cuerpo, se convierten en un fármaco farmacológicamente activo. En el proyecto se demostró la síntesis de medicamentos contra el cáncer, vasodilatadores (fármacos utilizados para tratar trastornos cardiovasculares) y antibacterianos suministrados a los tejidos u órganos diana. Por medio de técnicas de imagenología —en concreto, trazadores fluorescentes—, los resultados del proyecto AUTO NERVE ayudan a preservar la fina red de nervios que rodea a un tumor de próstata, aumentando su visibilidad y, en consecuencia, posibilitando operaciones menos invasivas. En INCYPRO, los investigadores desarrollaron una nueva estrategia de estabilización química para que las enzimas sean más duraderas y alteren su actividad, con el objetivo final de producir medicamentos más eficaces. En otro proyecto, LEGO, se fabricaron construcciones moleculares sintéticas construidas como piezas de Lego que redirigen las defensas inmunitarias corporales —los anticuerpos— para que combatan las células cancerosas. En el proyecto MINIRES se creó un material elástico que imita los tejidos biológicos para su uso en rellenos faciales inyectables y en biomedicina. El planteamiento del diseño consistía en modificar una proteína natural (resilina), de propiedades similares a las del caucho. Por otra parte, en el proyecto NICHOID se cultivaron células sintéticas para estudiar qué controla el destino de la diferenciación en las células madre. Los resultados pueden beneficiar a la reparación tisular y la medicina regenerativa. En una línea similar, en REGENERBONE se desarrollaron películas biomiméticas con propiedades de regeneración ósea que ocasionan menos efectos adversos que los injertos procedentes del cuerpo del propio paciente. Por último, en el proyecto VERDI en curso se están desarrollando nanopartículas especializadas para combatir enfermedades óseas como el cáncer, las infecciones y la osteoporosis.