De las personas a las infraestructuras: creación de unas sociedades resilientes a las catástrofes
Proteger a la sociedad de las catástrofes es uno de los elementos fundamentales que permiten el funcionamiento de toda sociedad. Casi no existen funciones de la sociedad que no estén de algún modo expuestas a las catástrofes naturales o antrópicas y a la resiliencia y las cuestiones de seguridad relacionadas con ellas.
Obtención de recursos de una serie de tecnologías
Los retos de la investigación europea en materia de seguridad son de gran alcance y, por tanto, requieren un amplio abanico de capacidades de desarrollo tecnológico y de gestión. La ciberdelincuencia y el terrorismo amenazan las zonas urbanas vulnerables o zonas protegidas e infraestructuras críticas como los puertos y las infraestructuras de transporte y energía. El desarrollo de una gama de soluciones innovadoras ayudaría a proteger estas zonas vulnerables. La investigación a escala de la UE en el ámbito de la reducción de las catástrofes contribuye principalmente a la aplicación de convenciones internacionales como el Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres de las Naciones Unidas y normativas europeas como el Mecanismo de Protección Civil de la Unión y las políticas conexas (como la Directiva sobre inundaciones, el Plan de Acción QBRN, etc.). En general, estas políticas tienen como objetivo facilitar el refuerzo de la cooperación entre la UE y los Estados miembros, así como promover la coordinación en el ámbito de la protección civil y mejorar la eficacia de los sistemas de prevención, preparación y respuesta a las catástrofes naturales y antrópicas. Este marco político repercute directamente en la forma de gestionar los riesgos de catástrofe en la UE, de forma que influye en las operaciones de los servicios de intervención inmediata. La vinculación de todos estos servicios significa desarrollar comunicaciones que faciliten la gestión de catástrofes y que conecten la conciencia situacional con los centros de mando. En todos estos escenarios, intervienen servicios de intervención inmediata y los proyectos de la UE trabajan para protegerles en situaciones de catástrofe. Y, por último, pero no por ello menos importante, los ciudadanos son vulnerables y las nuevas tecnologías y políticas mejoran la conciencia del riesgo y, por lo tanto, la resiliencia entre los ciudadanos, teniendo en cuenta las especificidades culturales ante las distintas situaciones de catástrofe.
Ocho proyectos de la UE mitigan las catástrofes
El objetivo final del proyecto financiado con fondos europeos ANYWHERE es empoderar a las instituciones intervinientes expuestas y los ciudadanos para mejorar su anticipación y capacidad de respuesta proactiva al hacer frente a fenómenos meteorológicos y climáticos extremos de gran impacto mediante el uso de una plataforma multirriesgo paneuropea. El principal objetivo de beAWARE es proporcionar apoyo en todas las fases de las situaciones de emergencia causadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. A medida que las sociedades adquieren una mayor complejidad, el mayor alcance e impredecibilidad de las posibles crisis y la dinámica más rápida de los incidentes graves imponen unos requisitos cada vez más estrictos a la gestión de crisis. Las capacidades europeas de gestión de crisis ya constituyen un sistema de sistemas maduro, por lo que un rediseño general a menudo resultaría demasiado caro y podría desestabilizar de forma crítica las actuales capacidades de gestión de crisis. Por consiguiente, DRIVER+ se centra en aumentar las capacidades existentes en lugar de sustituirlas. Aplicando el mismo principio a través de cibertecnologías avanzadas, I-REACT integró los servicios existentes, tanto locales como europeos, en una plataforma que presta apoyo a todo el ciclo de gestión de emergencias a través de la integración de una serie de datos de múltiples fuentes, como la información que proporcionan los ciudadanos a través de las redes sociales y la colaboración masiva. Mediante unos sensores y herramientas de visualización novedosos, INACHUS ha trabajado para reducir el tiempo de las operaciones de salvamento en situaciones de crisis que se desarrollan siempre en duras condiciones. En cuanto a las catástrofes que implican la exposición a toxinas y lesiones, los atributos tecnológicos distintivos de TOXI-triage son: una evaluación rápida y no invasiva de la exposición o las lesiones a través del control de los marcadores metabólicos de las lesiones; la gestión y explotación de la web semántica; la rastreabilidad mediante el diseño; la biodetección basada en aptámeros; la integración del sistema de bajas-altas y la designación integrada de peligros a distancia medioambientales. El proyecto DARWIN, que hizo especial hincapié en las infraestructuras críticas, trabajó para mejorar la respuesta a las crisis, tanto previsibles como imprevisibles, que también abarca estructuras sociales. El proyecto abordó la gestión tanto de fenómenos antrópicos (por ejemplo, los ciberataques) como naturales (por ejemplo, los terremotos). Por último, tanto para cuando el daño se ha producido o puede producirse, el consorcio del proyecto SMR (Smart Mature Resilience) ha creado un conjunto de herramientas que ayudará a las ciudades de la UE a ser resilientes con resistencia, amortiguación, adaptación y recuperación ante riesgos o catástrofes.