Cómo convertir los residuos en una alternativa al plástico
A pesar de los riesgos para el medio ambiente y la salud relacionados con la mala gestión de sus residuos, existe un apetito insaciable por el plástico. Si los patrones de consumo y prácticas de gestión de residuos actuales se mantienen, en 2050, habrá unos 12 000 millones de toneladas de basura plástica en los vertederos y la naturaleza. ¿Pero sería posible sustituir el plástico por un material igual de ligero y resistente, aunque completamente biodegradable? Sí que lo sería según un equipo de científicos que está trabajando en una alternativa respetuosa con el medio ambiente. Con el apoyo parcial del proyecto NaMeS, financiado con fondos europeos, el equipo ha desarrollado un método para obtener un compuesto con varias aplicaciones en la industria bioquímica. Los investigadores han publicado su estudio en la revista «Applied Catalysis B: Environmental». En una nota de prensa se resumen los informes de los descubrimientos del equipo sobre el hidroximetilfurfural (HMF), un producto común que se obtiene de la hidrólisis ácida de azúcares obtenidos de la celulosa, la lignina y la inulina, entre otros, en aldehído, el 2,5-diformilfurfural (DFF). El HMF es un compuesto utilizado en polímeros, disolventes, agentes tensoactivos, fármacos y productos fitosanitarios. Los derivados de la oxidación del HMF también tienen valor comercial. Por ejemplo, el DFF tiene varias aplicaciones útiles relacionadas con la producción de cosméticos, fragancias, combustibles, medicinas y agentes químicos, entre otros. Existen varias formas de crear DFF, pero estas ofrecen bajos rendimientos y selectividad y no son respetuosas con el medio ambiente. En el artículo de la revista, los científicos señalan que «la investigación hacia una producción económicamente viable de DFF con un impacto medioambiental bajo se centra en el uso de catalizadores de bajo coste con metales preciosos y no preciosos, en evitar el uso de químicos peligrosos (bases o disolventes orgánicos) y en el uso de procesos a bajas temperaturas o que consuman poca energía, como la sonoquímica y la fotocatálisis». En la nota de prensa, el profesor Juan Carlos Colmenares, coautor del estudio, destaca que la técnica del equipo no genera residuos «y no necesita que se añada oxígeno o ningún otro componente adicional (como el peróxido de hidrógeno o H2O2)». Además, el método no requiere altas temperaturas ni catálisis caras.
Una alternativa al PET
El profesor Colmenares afirma: «Queremos que sea posible sustituir los PET con algo que se descomponga en pocos meses o, como mucho, en pocos años. Los plásticos de hoy, creados a partir de petróleo, contienen ftalatos y otros plastificantes (una especie de “sopa” de componentes orgánicos e inorgánicos), que ninguna bacteria u hongo puede descomponer. Por eso permanecen tanto tiempo en los bosques y los mares». El PET es un polímero termoplástico de uso general que se utiliza en botellas de plástico y otros envases, además de en tejidos. El profesor añade que los productos «basados en DFF contienen furanos, es decir azúcares, y lo que viene de la naturaleza, la naturaleza lo recibe mejor. Ya se han realizado pruebas de estos polímeros, que se dividen en monómeros parecidos a los azúcares y los azúcares son un dulce manjar para muchos microorganismos. Aunque una botella de esta especie de plástico se tire en el bosque, se descompondrá mucho más rápido que los polímeros convencionales, en unos pocos años como mucho». El proyecto en curso NaMeS (Interdisciplinary NAnoscience School: from phenoMEnology to applicationS) que apoya el estudio ha contratado a investigadores noveles para realizar proyectos de investigación internacionales, intersectoriales e interdisciplinares que combinan la química, la física, las matemáticas, la biología y la ciencia de los materiales. Para obtener más información, consulte: Sitio web del proyecto NaMeS
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