Nuevas opciones para el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una patología crónica que afecta a una de cada doscientas cincuenta personas en Europa. El tratamiento aplicado en la actualidad resulta ineficaz en muchos casos. No obstante, ahora un equipo de científicos europeos ha logrado avances en la comprensión de las causas de la EII, sentando así las bases para el desarrollo de tratamientos nuevos. Con el término EII se alude principalmente a dos enfermedades: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Ambas se caracterizan por una inflamación del tracto gastrointestinal, si bien presentan diferencias importantes. La colitis ulcerosa afecta únicamente al colon y sólo se puede curar mediante una extirpación completa. En cambio, la enfermedad de Crohn puede afectar al aparato digestivo en su totalidad y es del todo incurable. Los síntomas habituales de ambos trastornos son dolor abdominal, diarrea, hemorragia rectal, anemia y pérdida de peso, teniendo por lo general una naturaleza intermitente. Para la EII se suelen recetar fármacos inmunodepresores que reducen la inflamación y el dolor, pero esta medicación sirve únicamente para aliviar los síntomas, no es eficaz en todos los pacientes y puede provocar efectos secundarios a largo plazo. Hasta ahora se sabía poco sobre las causas exactas de estos trastornos, si bien muchos los atribuyen a la presencia de microbios en el intestino de individuos con predisposición que provocan una respuesta inmunitaria. A través del proyecto financiado con fondos europeos IPODD («IBD: proteases offer new targets for drug discovery») se estudió la función de unas enzimas llamadas metaloproteinasas de matriz (MMP) en las etapas finales de la cascada de acontecimientos que conducen a la EII. Las MMP descomponen otras proteínas, como las que se encuentran en el entorno de las células, despejando así el camino para que las células inflamatorias alcancen el tejido objetivo. Las MMP son reguladas por los inhibidores tisulares de las metaloproteinasas (TIMP). Cuando existe un desequilibrio entre las MMP y los TIMP, se produce un daño tisular e inflamación crónica. El equipo responsable de IPODD comparó la expresión de las MMP en muestras de intestino sanas y con inflamación crónica y observó enzimas que podrían servir como dianas de TIMP o fármacos específicos. Otro descubrimiento fundamental fue que las proteasas (enzimas que descomponen proteínas y péptidos) asociadas con la inflamación tienen su origen, en ocasiones, en bacterias presentes en el intestino. Este hallazgo en relación con las causas de la EII probablemente dé lugar a una investigación sobre los distintos inhibidores y agonistas de las proteasas bacterianas del intestino, así como a un cribado de compuestos útiles para la formulación de fármacos contra la EII. IPODD ha sido el primer proyecto científico centrado de manera específica en la función de las MMP en la EII. Ello fue posible gracias a la naturaleza multidisciplinar del equipo responsable, compuesto por expertos en inmunología, microbiología, probiótica, neurogastroenterología, genética y farmacología de seis países de la Unión Europea más Nueva Zelanda. Este equipo fue coordinado por la Universidad de Sheffield (Reino Unido). Dicho equipo recibió de la UE una financiación próxima a 3 millones de euros en virtud del programa de Salud del Séptimo Programa Marco de investigación y desarrollo tecnológico (7PM). Sus trabajos finalizaron en mayo de 2011.Para más información, consulte: Ficha informativa del proyecto IPODD
Países
Nueva Zelanda, Reino Unido