La influencia de la sanidad electrónica en el sistema sanitario
La sanidad electrónica es una tendencia relativamente nueva en la era digital, pero ya está modificando sustancialmente el sistema médico vigente. Incluida entre las siete áreas prioritarias de la Agenda Digital para Europa, la sanidad electrónica se creó con la intención de que pacientes y médicos puedan aprovechar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y así mantener y mejorar la atención sanitaria. Un acceso más sencillo a la atención sanitaria con independencia de la ubicación permite a los médicos acceder con mayor facilidad al historial médico de los pacientes. Esta capacidad permite tener un acceso inmediato a resultados de pruebas de laboratorio y enviar directamente las recetas a las farmacias. La sanidad electrónica también ha mejorado la vida de muchos pacientes, en especial aquellos con una discapacidad o una enfermedad crónica, pues les permite disfrutar de servicios como las consultas médicas mediante Internet y de dispositivos portátiles capaces de realizar un seguimiento de su estado de salud. Aquellos con dolencias cardíacas pueden portar comunicadores que alertan a un médico si se producen modificaciones graves del estado de salud del paciente sin que esto perjudique su actividad normal. Por si fuera poco, la sanidad electrónica ha dado paso a la telemedicina, un sistema revolucionario para las poblaciones aisladas sin acceso a un centro sanitario y que podría salvar vidas. En la práctica, la sanidad electrónica podría reducir en gran medida los errores médicos y mejorar la detección temprana de problemas de salud. Se calcula que la vigilancia a distancia de los pacientes con cardiopatías podría aumentar la tasa de supervivencia en un 15 % y los días de hospitalización en un 26 %, lo que permitiría ahorrar un 10 % en los costes hospitalarios. Además, la utilización de las recetas electrónicas reduciría en un 15 % los errores de dosificación de fármacos. También se calcula que la sanidad electrónica será básica para mantener la asistencia sanitaria a un coste asequible y accesible para todos en una Europa envejecida. La sanidad electrónica también derriba obstáculos y permite a los proveedores de servicios sanitarios (autoridades públicas, hospitales, etc.) de distintos Estados miembros colaborar mejor y organizar tratamientos en distintos países. Los proveedores de herramientas para la sanidad electrónica (bases de datos con el historial de los pacientes, transmisores de datos móviles y automáticos, sistemas de gestión para centros de atención telefónica a pacientes, etc.) también se benefician del desarrollo de un mercado europeo que ha permitido asentar los cimientos sobre los que dar el paso al mercado mundial. Todo ello coincide con la política europea sobre sanidad electrónica, que abarca ámbitos tan distintos como los derechos de los pacientes en situaciones en las que es necesario tener en cuenta más de un país, la financiación de investigación y desarrollo avanzados, o la garantía de que los sistemas de registros electrónicos sean compatibles a escala internacional. La Agenda Digital tiene el objetivo de que la sanidad electrónica haya evolucionado a un nivel superior en 2015, por ejemplo proporcionando a los europeos un acceso seguro en línea a sus propios datos médicos desde el hogar o durante cualquier desplazamiento que realicen en la Unión europea. Esto facilitaría el trabajo de los médicos y permitiría a los pacientes contar con la mejor asistencia posible en cualquier punto de la Unión Europea.Para más información, consulte: Agenda Digital para Europa, sanidad: http://ec.europa.eu/digital-agenda/en/about-health CORDIS: http://cordis.europa.eu/fp7/ict/programme/challenge5_en.html