Exploración científica de un cráneo prehistórico mediante tecnología sofisticada
Más de 80 científicos de Australia, Alemania, Sudáfrica, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos han participado en el descubrimiento de características avanzadas del encéfalo y el resto del organismo mediante el empleo de una tecnología sofisticada que ha permitido obtener nuevos datos sobre la evolución del encéfalo desde el Australopithecus hasta el género Homo. Presentado en la revista Science, el trabajo forma parte de una serie de cinco artículos basados en nuevos datos sobre aspectos relacionados con la anatomía de la especie Australopithecus sediba, uno de los primeros ancestros humanos. Dirigidos por la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo (Sudáfrica), los científicos obtuvieron sus resultados gracias al empleo de un escáner de microtomografía de rayos X ubicado en la Instalación Europea de Radiación Sincrotrónica (ESRF) de Grenoble (Francia). Los investigadores escanearon el cráneo excepcionalmente bien conservado de MH1 (Australopithecus sediba) en la ESRF a una resolución cercana a las 45 micras, un tamaño menor al grosor de un cabello humano. Las imágenes revelan detalles precisos de la anatomía del endomolde (el volumen del cráneo) del sediba. «La gran cantidad de características avanzadas descubiertas en su cerebro y en el resto de su organismo le convierten en el ancestro más probable del género Homo, el humano, mucho más que otros descubrimientos anteriores como el Homo habilis», comentó el profesor Lee Berger de la Universidad de Witwatersrand y descubridor del fósil en 2009. El encéfalo de los humanos es muy grande en comparación con el tamaño del resto de su organismo, hasta cuatro veces mayor que el de los chimpancés. La evolución del encéfalo de un ancestro común de humanos y chimpancés propició este aumento significativo. Pero el endomolde reconstruido a partir de MH1 es muy pequeño: sólo unos 40 centímetros cúbicos más grande que el de los chimpancés, pues tiene un volumen total de 420 centímetros cúbicos. Los resultados de este estudio revelan una mezcla sorprendente de características. Según el equipo, la forma general se asemeja a la de los humanos más que a la de los chimpancés. En cuanto a volumen, es coherente con un modelo de reorganización gradual neuronal (encefálica) en la parte delantera del encéfalo. «De hecho, uno de los principales descubrimientos consiste en que el encéfalo de sediba no se ajusta a un modelo de agrandamiento encefálico gradual propuesto con anterioridad para la transición del Australopithecus al Homo», explicó el Dr. Kristian Carlson de la Universidad de Witwatersrand, autor principal del artículo. Los investigadores indicaron que su descubrimiento se debe en muy gran medida al empleo de los rayos X del sincrotrón. La forma externa del encéfalo se marca como si de un molde se tratase en la superficie interna de un cráneo, afirmaron. Gracias a una representación gráfica del contorno de la superficie interna del cráneo se generó una imagen del encéfalo original. Pero el cráneo de MH1 no se vació de la roca que contenía tras su descubrimiento, y sólo mediante los rayos X del ESFR se tuvo acceso al interior del fósil y se reveló la forma interior del cráneo con una resolución adecuada para los intereses del equipo científico. Durante la extracción se evitó causar desperfectos o alteraciones en la muy delicada superficie interna del cráneo debido a la roca que quedó en su interior. «El ESRF es la instalación más potente del mundo para explorar fósiles y marca la pauta de lo que es posible lograr mediante estudios no destructivos de la disposición interna de los fósiles», afirmó Paul Tafforeau, investigador del ESRF y coautor del artículo.Para más información, consulte: ESRF: http://www.esrf.eu/ Science: http://www.sciencemag.org/
Países
Australia, Suiza, Alemania, Arabia Saudí, Reino Unido, Estados Unidos