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Mejora de la atención del seguimiento tras el cáncer infantil

Los que sobreviven a un cáncer infantil, aunque están «curados» de cáncer, a menudo experimentan efectos secundarios físicos y psicológicos posteriores como consecuencia del cáncer o de su tratamiento. A fin de acelerar la búsqueda de nuevos tratamientos eficaces y de mejorar ...

Los que sobreviven a un cáncer infantil, aunque están «curados» de cáncer, a menudo experimentan efectos secundarios físicos y psicológicos posteriores como consecuencia del cáncer o de su tratamiento. A fin de acelerar la búsqueda de nuevos tratamientos eficaces y de mejorar la calidad de vida después del cáncer, dieciséis institutos de investigación de once países europeos han decidido aunar fuerzas e iniciar un estudio innovador financiado con fondos comunitarios. El proyecto PANCARESURFUP («Pancare: estudios de asistencia y seguimiento a niños y adolescentes supervivientes de cáncer»), que ha recibido casi 6 millones de euros del tema «Salud» del Séptimo Programa Marco (7PM), se pone en marcha a finales de esta semana en Lund, Suecia. La coordinación del proyecto PANCARESURFUP está en manos de Lars Hjorth, oncólogo infantil de la Universidad de Lund (Suecia). Julie Byrne, epidemióloga del Instituto de Investigación Boyne de Irlanda, también participa en el proyecto, junto con otros treinta y cuatro especialistas. A partir de los últimos progresos realizados en la investigación del cáncer pediátrico, este proyecto de cinco años de duración tiene como objetivo garantizar que cada vez más adolescentes y adultos jóvenes tengan acceso a pruebas clínicas. Hasta el momento, este grupo de edad ha estado muy infrarrepresentado en las pruebas sobre el cáncer, principalmente debido a que los adolescentes y los adultos jóvenes no suelen ser remitidos a centros de cáncer pediátrico para recibir tratamiento. Con todo, estas son precisamente las instituciones que ofrecen las pruebas más adecuadas para cánceres en adolescentes, que son diferentes a los tipos de cáncer comunes en adultos. Asimismo, según los expertos, a casi 20.000 jóvenes de hasta 19 años edad se les diagnosticará un cáncer este año. Un diagnóstico precoz y nuevos enfoques revolucionarios sobre tratamiento aumentan el porcentaje de curación. La buena noticia es que actualmente el 80% de los niños y adolescentes tienen expectativas de sobrevivir. Sin embargo, muchos de estos supervivientes pueden sufrir importantes riesgos a largo plazo para su salud y su bienestar. Los riesgos de salud más graves son la reaparición de la enfermedad, así como segundos cánceres, enfermedades cardiovasculares, trastornos endocrinológicos y neuropsicológicos. Aunque los efectos tardíos del tratamiento del cáncer no son exclusivos del cáncer infantil, dado que éste se recibe durante periodos de crecimiento y desarrollo, suelen ser más graves que los que experimentan los supervivientes de cáncer adultos. Entender estos riesgos para la salud permitirá realizar cambios en las terapias a fin de evitar estos efectos adversos. Por ejemplo, la radioterapia pocas veces se usa en el tratamiento de la enfermedad de Hodgkin en niños, y la dosis total máxima de antracilinas (tipo de fármaco que se usa en quimioterapia) se ha reducido considerablemente. No obstante, falta información sobre el impacto que tendría en los efectos tardíos observados la reducción de la intensidad de los tratamientos existentes o nuevos contra el cáncer. Esta falta de conocimientos sobre los efectos secundarios a largo plazo justifica la necesidad de realizar un seguimiento a lo largo de la vida de los supervivientes en riesgo. Cabe señalar que no todos los supervivientes de un cáncer infantil corren el riesgo de sufrir efectos tardíos y que, por lo tanto, las recomendaciones de seguimiento deberían basarse en el riesgo. Éste es exactamente el objetivo del proyecto PANCARESURFUP: desarrollar directrices basadas en indicios para la asistencia a largo plazo de los supervivientes de cánceres infantiles. Una cohorte de más de 80.000 supervivientes será el eje central de una serie de estudios etiológicos sobre las consecuencias de las terapias contra el cáncer. Según los socios del proyecto, entre los supervivientes de un cáncer infantil se encuentra Linnea Renholm Persson, de 24 años. A los 12 años, se le diagnosticó un tipo de cáncer conocido como leucemia mieloide aguda. Después de seis meses de intenso tratamiento, se fue recuperando gradualmente sin tener que someterse a un duro trasplante de médula. A través de un seguimiento atento después de la terapia, se puede conseguir información valiosa sobre la salud y el bienestar de Linnea y de otros supervivientes de cánceres infantiles. Entender mejor lo que se puede esperar después de recibir tratamiento contra el cáncer puede ayudar a los pacientes y a sus médicos a planificar una asistencia de seguimiento y a tomar decisiones importantes sobre su salud. Para más información, consulte: Universidad de Lund: http://www.lunduniversity.lu.se/ Para consultar la ficha del proyecto PANCARESURFUP en CORDIS, pulse: aquí Investigación sanitaria en el 7PM: http://cordis.europa.eu/fp7/health/

Países

Suecia

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