El estudio TEEB recomienda aumentar la visibilidad de los recursos naturales para la economía mundial
Es fácil determinar la importancia de las materias primas en la economía mundial, pero no lo es tanto en el caso de los activos naturales del planeta. Las repercusiones de un medio ambiente sano en la economía global son enormes, pero no siempre se tiene consciencia de ello. Los bosques, el suelo, los cursos de agua dulce y los arrecifes de coral son ejemplos de recursos de la Tierra que dan impulso a la economía. Asimismo, hay insectos como las abejas cuyo valor económico supera los 150.000 millones de euros al año, gracias a la polinización. Sin embargo, la relevancia de muchos de estos «servicios ecosistémicos» pasa desapercibida en muchos casos, motivo por el que desaparecen especies y se degradan ecosistemas, según se indica en el último estudio de TEEB («Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad»), una iniciativa global respaldada por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea. El estudio se presentó con ocasión de la X Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD COP10) en Nagoya (Japón) el 20 de octubre. «TEEB ha documentado no sólo el valor multibillonario en dólares del mundo natural para la economía mundial, sino también las clases de ajustes políticos y mecanismos comerciales inteligentes que permitirían introducir una filosofía renovada en un mundo acosado por un maremágnum cada vez mayor de diversos retos», declaró Pavan Sukhdev, economista al frente de la Iniciativa para una Economía Ecológica del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y también coordinador del estudio TEEB. «La nota positiva es que numerosos colectivos y países aprecian ya el potencial que ofrece incorporar el valor de la naturaleza en los procesos de decisión.» El estudio apremia a las instancias decisorias a tomar conciencia de la contribución que realiza la naturaleza al sustento, la salud, la seguridad y la cultura, a todos los niveles, de los humanos y subraya la importancia de implantar mecanismos e instrumentos políticos que garanticen la función de la naturaleza en beneficio de la economía. El informe recomienda, entre otras cuestiones, la rápida modernización del actual sistema de cuentas nacionales y la inclusión del valor de los cambios en el capital natural y los flujos de servicios ecosistémicos. Asimismo, se aconseja crear cuentas físicas coherentes de los recursos forestales y los servicios ecosistémicos para el desarrollo de nuevos mecanismos e incentivos relativos al carbono forestal. «El planteamiento de la iniciativa TEEB puede reorientar la economía e inaugurar una nueva época en la que el valor de los servicios de la naturaleza sea visible y se convierta en un elemento explícito del proceso de decisión político y comercial», señaló el Sr. Sukhdev. «Si no hacemos nada, no sólo perderemos billones en forma de beneficios actuales y futuros para la sociedad; también hundiremos más a los más pobres y pondremos en peligro a las generaciones futuras. Ya no hay tiempo para seguir dando la espalda a la biodiversidad y aferrándose al pensamiento convencional en relación a la creación de riqueza y al desarrollo. Hay que poner rumbo a una economía ecológica.» Varios países, entre ellos la India, se disponen a integrar en sus procesos de decisión la evaluación económica de su capital natural y de los servicios de la naturaleza. Cabe señalar que está previsto que la iniciativa TEEB prosiga con su labor de desarrollo de las capacidades y acercamiento a la sociedad. Por su parte, la Comisión Europea está resuelta a seguir trabajando en estas cuestiones después de la COP 10. «Nos proponemos iniciar un estudio que explore más a fondo los indicios existentes en la Unión Europea y los ámbitos de nuestras políticas en los que implantar los análisis elaborados por TEEB», anunció Janez Potocnik, Comisario europeo de Medio Ambiente. «La Comisión también está dispuesta a apoyar iniciativas de otros países, en particular de países en desarrollo, que demuestren los beneficios y los costes de invertir en la gestión de los servicios ecosistémicos y de la biodiversidad. En particular, tenemos la intención de colaborar con el PNUMA y el PNUD [Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo] para apoyar estas evaluaciones en los países en desarrollo interesados y establecer vínculos con los sectores económicos y los planes de desarrollo correspondientes.»
Países
India, Japón