Nuevo censo de la biodiversidad marina
Asombrosa, exuberante y compleja: así es la vida marina en el planeta azul, según demuestra la catalogación realizada durante los últimos diez años para el primer Censo de la Vida Marina (CoML) mundial, y que ha revelado una diversidad aún mayor de la esperada. Tres publicaciones y un informe de resumen publicados el 4 de octubre de 2010 completan la documentación relativa a una de las mayores colaboraciones científicas del mundo hasta la fecha. La elaboración del censo, financiado en parte por la Unión Europea, se inició en el año 2000 para evaluar la naturaleza, la distribución y la abundancia de varias especies que habitan los océanos, una empresa extremadamente ambiciosa en la que han intervenido más de 2.700 científicos y 670 instituciones de todo el planeta. Juntos han conformado una panorámica detallada de la vida en los mares que se nutre de más de 540 expediciones y también de una intensa actividad investigadora en tierra firme, en laboratorios y en archivos de todo el mundo. Este equipo global de exploradores marinos contó con un presupuesto total de 650 millones de dólares (cerca de 475 millones de euros). La UE apoyó toda esta labor mediante los fondos de varios proyectos amparados en los Sexto y Séptimo Programa Marco (6PM y 7PM). Los proyectos realizados con ayuda financiera de la UE fueron ECOFUN («Análisis de los cambios de la biodiversidad en las propiedades estructurales y funcionales de los ecosistemas marinos bajo factores estresantes acumulativos de origen humano»), HERMIONE («Investigación sobre ecosistemas de focos de biodiversidad y el impacto humano en los mares europeos») y MARBEF («Biodiversidad marina y funcionamiento de ecosistemas»). ECOFUN recibió 212.125 euros a través de la Acción Marie Curie «Becas de salida a terceros países para la promoción profesional» del 7PM de la UE; HERMIONE contó con 8 millones de euros del tema de Medio ambiente del 7PM; y MARBEF recibió 8,71 millones de euros por el área temática «Desarrollo sostenible, cambio global y ecosistemas» del 6PM. Más de 2.600 artículos científicos, 9.000 días en el mar y 6,4 millones de registros de datos después, se ha publicado un informe exhaustivo de los descubrimientos del censo. Recoge algunas de las criaturas más diminutas y también más grandes del mundo y especies de hábitats extremos, desde aguas litorales hasta profundas fosas. «Hemos despejado las dudas iniciales sobre la factibilidad de un censo así y nos hemos sobrepuesto a los impresionantes extremos de la naturaleza», aseguró el Dr. Ian Poiner, presidente del comité científico de dirección responsable del censo. «Este censo ensancha el mundo conocido», añadió la Dra. Myriam Sibuet, vicepresidenta de dicho comité. «La vida nos asombró allí donde miramos. En las profundidades marinas hallamos una variedad exuberante de comunidades, pese a las condiciones extremas. El descubrimiento de especies y hábitats nuevos ha hecho avanzar a la ciencia y ha sido una inspiración para muchos artistas por su extraordinaria belleza.» Este censo saca a la luz más de 6.200 animales posiblemente desconocidos hasta ahora, 5.000 de los cuales están pendientes de una descripción formal. Los datos recogidos en el censo han quedado registrados en el Sistema de Información Biogeográfica del Océano (OBIS), la base de datos global del censo marino que actualmente reúne cerca de 28 millones de registros en total, incluidas las obtenidas directamente por dicho censo. Los datos, que abarcan 120.000 especies, su distribución y rutas migratorias, sugieren vías de comunicación entre océanos y revelan discrepancias con descripciones históricas de la vida marina, variaciones de abundancias que son indicativas de cambios a mayor escala. Tales cambios en los océanos durante los últimos siglos se desprenden principalmente de archivos fragmentados. OBIS permitirá la realización de comparaciones de este tipo en beneficio de las generaciones futuras, al ofrecer un punto de referencia riguroso para detectar cambios ulteriores. Este repositorio de datos destacada de entre todo el legado que deja el censo tras de sí. Además del OBIS y de abundantes publicaciones y corpus de datos, cabe destacar que el censo proporciona una forma de reconocer numerosos especímenes marinos con ínfimos indicios -como una simple escama de pez- gracias a la técnica del «barcoding» del ADN (ácido desoxirribonucleico), y también componentes marinos para el Sistema de sistemas de observación de la Tierra (GEOSS). Ello incluye contribuciones a una red mundial de rastreo oceánico de salmones y otras especies migratorias, miles de animales «bio-registradores» equipados con dispositivos que graban sus inmersiones y demás desplazamientos, dispositivos y técnicas especializadas de sónar, y estructuras innovadoras de observación de arrecifes. Estos avances capacitarán a los especialistas en ciencias del mar, responsables políticos y diversos colectivos de todo el mundo para vigilar los mares con mayor atención, una labor determinante para alcanzar un futuro sostenible. «Toda la vida de la superficie depende de la vida en los océanos», explicó el Dr. Poiner, «porque proporciona la mitad del oxígeno, y mucha de nuestra alimentación, y regula el clima. Todos somos ciudadanos del mar, y aunque todavía hay mucho que desconocemos, incluyendo al menos unas 750.000 especies todavía por descubrir, ahora estamos mejor informados sobre nuestros compañeros de viaje en este planeta y sobre su vasto hábitat.» «La época del descubrimiento continúa», añadió. Del 4 al 7 de octubre de 2010 están reunidos en Londres (Reino Unido) trescientos destacados científicos de la comunidad que ha trabajado en el censo, y en septiembre de 2011 se celebrará en Aberdeen (Reino Unido) el Congreso Mundial sobre la Biodiversidad Marina, y se espera que uno de los temas prioritarios sea la ampliación de este censo. «El censo ha reunido a científicos de más de ochenta naciones, cada uno con sus capacidades, equipo e intereses», señaló el Dr. Paul Snelgrove, quien dirigió la recopilación de los resultados y la elaboración del informe. «Ha sido una empresa humana para comprender la vida marina a la altura de su inmensidad y complejidad. La comprensión y también la integridad de la vida marina bien podrían depender de la continuidad de la unidad que disfruta la ciencia internacional.»
Países
Reino Unido