Los mandatarios europeos acuerdan un plan de diez años
La innovación ecológica, los avances digitales y el desarrollo de nuevas capacidades son los motores del futuro crecimiento en Europa y en ellos se centra la Estrategia Europa 2020. El nuevo plan para la década venidera, aprobado formalmente por el Consejo Europeo el 17 de junio de 2010, consistirá en volver a los conceptos básicos. Esto significa crear economías nacionales sólidas y preparadas para nuevos avances y una Europa más fuerte y próspera. Los mandatarios comunitarios confían en que Europa 2020, elaborada con motivo de la crisis financiera mundial, será la respuesta necesaria para contrarrestar la elevada tasa de desempleo, el débil crecimiento estructural y la cuantiosa deuda a los que se enfrenta Europa hoy en día. Su éxito depende de una reacción colectiva y más coordinada de Europa. En declaraciones realizadas al término de la reunión en la que el Consejo Europeo aprobó los objetivos de la estrategia, el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, expresó su satisfacción por la aprobación unánime «no sólo de las líneas generales», sino también de objetivos concretos para Europa 2020. Los mandatarios comunitarios acordaron que la nueva estrategia es una forma de lograr que sus políticas pasen de la gestión de la crisis a una consolidación fiscal y una reforma estructural. También acordaron desarrollar objetivos comunes para los cinco objetivos principales de la estrategia: promoción del empleo; mejora de las condiciones para la innovación, investigación y desarrollo; cumplimiento de los objetivos comunitarios sobre energía y cambio climático; mejora de los niveles educativos; y promoción de la inclusión social, en concreto mediante la reducción de la pobreza. La Estrategia Europa 2020 reafirma el objetivo de ampliar el gasto en investigación y desarrollo (I+D) en Europa del 1,9% del producto interior bruto (PIB) hasta el 3%. Otros objetivos son alcanzar una tasa de empleo del 75% para hombres y mujeres y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20%. Se espera de los Estados miembros de la UE una respuesta ágil y una comunicación continua con la Comisión Europea tanto para poner en práctica estas prioridades políticas como a la hora de cumplir con sus objetivos regionales. Estos se redactarán en función de los puntos de partida y las estructuras decisorias de cada país y sus progresos estarán sometidos a una evaluación regular. «En Europa y en el mundo la clave está en el crecimiento», afirmó el Presidente Barroso. «En Europa, el crecimiento sostenible e inclusivo debe construirse sobre unas finanzas sólidas. La consolidación fiscal y la reforma estructural son esenciales para el crecimiento. La consolidación es necesaria para obtener confianza, y sin la confianza no habrá crecimiento.» «Además debemos centrarnos en los motores principales del crecimiento futuro: innovación ecológica, agenda digital y nuevas capacidades. Esto es justo lo que nos hemos propuesto con nuestra Estrategia Europa 2020», añadió el Presidente Barroso. El Consejo Europeo también apoyó la primera iniciativa emblemática de una agenda digital para Europa. Los mandatarios acordaron que ésta debería basarse en propuestas concretas e incluir la creación de un mercado único digital completamente funcional para 2015. Se invitó a la Comisión Europea a presentar otras iniciativas emblemáticas para finales de 2010 e informar en 2011 sobre los progresos de la agenda digital.