Una bomba de calor para aprovechar mejor la energía geotérmica
Un equipo de empresas y científicos de Serbia y Eslovenia apoyados por la Red EUREKA ha desarrollado una tecnología de bomba de calor que aprovecha la temperatura del subsuelo como alternativa rentable y respetuosa con el medio ambiente a los combustibles fósiles. Las fuerzas subterráneas de la naturaleza no son ningún secreto, tal y como evidencian las últimas erupciones volcánicas. No obstante, hasta hace poco el desarrollo de las fuentes de energía geotérmica ha sido reducido. Ahora, gracias a Nafta Geoterm y la Universidad de Maribor (ambas en Eslovenia), la empresa Klima (Serbia) y su empresa matriz Mayekawa (Bélgica), se ha desarrollado un modo alternativo para calentar aguas subterráneas con el fin de que esta fuente de calor, durante mucho tiempo infravalorada, pueda utilizarse para sistemas de calefacción. La localidad de Lendava (Eslovenia) utiliza un pozo geotérmico profundo para abastecer de calefacción a distintos edificios. Los 70°C del agua del pozo bajan hasta los 50°C tras su utilización, demasiado fría para reutilizarse en la calefacción de espacios, pero demasiado caliente para devolverla al pozo. Evidentemente había que encontrar una utilidad más ecológica para esta agua. El profesor Darko Goricanec de la Universidad de Maribor propuso una solución: crear una bomba de calor de alta temperatura capaz de calentar el agua de la fuente geotérmica desde 40°C hasta 80°C, temperatura suficiente para reutilizarla para calefacción. Ninguna bomba de calor existente en el mercado era capaz de calentar el agua hasta los 90°C que precisan los sistemas de calefacción comúnmente utilizados en los hogares europeos de más antigüedad, dado que los radiadores están diseñados para una instalación de calentador de alta temperatura alimentado mediante combustibles fósiles. El profesor Zoran Stevanovic, director del Departamento de Hidrogeología de la Universidad de Belgrado (Serbia), trabajó junto a los profesores Goricanec y Jurij Krope de la Universidad de Maribor para desarrollar un programa informático capaz de modelar la estructura de las bombas de calor. Realizaron pruebas para evaluar la influencia de distintos tipos de refrigerante en la eficiencia y el gasto de mantenimiento de la bomba. Klima sugirió la utilización de amoníaco como refrigerador para la bomba de calor, una medida innovadora. La elección de esta sustancia es ideal, pues no es explosiva como el isobuteno ni supone una amenaza para la capa de ozono como el freón (clorofluocarbonos). Debido a que el amoníaco posee una capacidad muy elevada de refrigeración por kilo, el coste de la unidad se redujo y la bomba admite un compresor de menor volumen. Además de ser capaz de calentar agua hasta los 85°C, el prototipo de la bomba de calor es capaz de enfriarla para devolverla al subsuelo. Dado que el calor procedente de la bomba de calor es menos caro que el producido con gas natural, es posible reducir el coste de los sistemas de calefacción. «El desarrollo y la producción de la bomba centrífuga química (tipo HTH) suponen un verdadero logro, pero además los beneficios indirectos se extienden hasta el sector de la protección del medio ambiente y la industria de la construcción», señaló el profesor Zoran Stevanovic.
Países
Serbia, Eslovenia