Las viviendas ecológicas no generan ventas
Según una investigación financiada con fondos comunitarios, los compradores de vivienda nueva no se decantan por los edificios eficientes desde el punto de vista energético. Tras estudiar los obstáculos a una mayor aceptación de la energía renovable con origen en el comportamiento, los autores achacan gran parte del problema a la falta de comunicación entre los constructores y los compradores. Estos hallazgos se deben a los proyectos CREATE ACCEPTANCE y CHANGING BEHAVIOUR, financiados en total con 3,83 millones de euros procedentes de fondos comunitarios. En Europa el sector de la vivienda consume actualmente el 40% de la energía. Se cree que la falta de ahorro de energía en este sector se debe en parte al precio de la misma y a medidas normativas cuyo cumplimiento no es obligatorio. Ambos proyectos, coordinados por institutos finlandeses que trabajan en colaboración con varios investigadores de Europa y el resto del mundo, abogan por un cambio en los servicios y el consumo de energía por parte de los consumidores y la industria. El problema del «estancamiento de la información» que se observa en este ámbito se estudió en un proyecto dedicado a la promoción de tecnologías de bajo consumo energético en la construcción de viviendas. El concepto de estancamiento de la información se refiere al hecho de que los conocimientos de los expertos en eficiencia energética y de los posibles compradores quedan «estancados» en sus respectivas órbitas, lo cual es indicativo de un intercambio de información deficiente. En el marco del proyecto se celebró un concurso entre constructores de viviendas para producir casas eficientes desde el punto de vista energético. También participaron posibles compradores en varias etapas de la competición y como parte del jurado. Se otorgó a diez competidores una «etiqueta verde» que reconoce sus esfuerzos a favor del ahorro energético y cuyo objetivo es impulsar las ventas. A pesar del éxito relativo que supuso una mayor concienciación general en relación a las prestaciones y el ahorro energético que ofrecen las tecnologías del concurso, las ventas generadas fueron decepcionantemente bajas. Algunos compradores deseaban realizar modificaciones que anulaban la eficiencia energética de las viviendas. Otros desconfiaban de la información suministrada o no aceptaban la importancia de ahorrar energía con carácter urgente. Desde el punto de vista de los investigadores de CREATE ACCEPTANCE y CHANGING BEHAVIOUR, esta iniciativa no cumplió con las expectativas por una comunicación deficiente entre los constructores y los compradores. Por ejemplo, el equipo entiende que los primeros no tuvieron en cuenta la diversidad de compradores, su predisposición a participar en el proceso y recibir información y su deseo de ajustar la vivienda a sus necesidades. De cara al futuro, los investigadores recomiendan un mayor aprovechamiento de métodos participativos que mejoren la comunicación, como por ejemplo la realización de estudios de mercado sobre consumo y grupos interesados y la exploración del concepto del diseño en colaboración con el comprador. Estos métodos deberán adaptarse a las necesidades de constructores y compradores y no poner en peligro el objetivo primordial de construir viviendas sostenibles y de bajo consumo energético. También sugieren la opción de poner en práctica nuevas normativas sobre energía, por ejemplo códigos de construcción, si fallan las estrategias de carácter voluntario. La redacción de dichas normativas deberá complementarse con la aplicación de estrategias de comunicación que les saquen el máximo partido. Los expertos afirman que los organismos gubernamentales podrían ir más allá de la adopción de medidas normativas que estimulen las prácticas en favor de la eficiencia energética e intervenir más en la mejora de la comunicación. El proyecto CREATE ACCEPTANCE («Influencias culturales en la aceptación de las energías renovables y herramientas para el desarrollo de estrategias de comunicación que promuevan su aceptación entre los agentes interesados clave») recibió 1,35 millones de euros a través del área temática «Desarrollo sostenible, cambio global y ecosistemas» del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE y reunió a expertos de Finlandia, Francia, Alemania, Hungría, Islandia, Países Bajos, Polonia, Sudáfrica, España y Reino Unido. Este proyecto se complementó con el más reciente CHANGING BEHAVIOUR («Contextualización de cambios en el comportamiento en relación a programas energéticos en los que participan intermediarios y organizaciones políticas en pos de un cambio en el comportamiento»), financiado con 2,48 millones de euros mediante el tema «Energía» del Séptimo Programa Marco (7PM). Los socios de CHANGING BEHAVIOUR proceden de Alemania, Estonia, Grecia, Letonia, Lituania, Hungría, Países Bajos, Finlandia y Reino Unido.