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Científicos relacionan el flujo de potasio con la esquizofrenia

Un equipo internacional de científicos ha identificado una variante de un canal de potasio que afecta a los pacientes con esquizofrenia. Los resultados, publicados en la revista Nature Medicine, muestran cómo la expresión de una forma desconocida hasta ahora de un canal de pot...

Un equipo internacional de científicos ha identificado una variante de un canal de potasio que afecta a los pacientes con esquizofrenia. Los resultados, publicados en la revista Nature Medicine, muestran cómo la expresión de una forma desconocida hasta ahora de un canal de potasio es dos veces y media mayor en el centro de la memoria cerebral de quienes sufren este trastorno psicótico y tiene relación con un punto de intensa variación genética. Estos descubrimientos podrían aportar una nueva diana terapéutica para luchar contra la esquizofrenia. La relación entre los factores genéticos y el desarrollo de disfunciones psicóticas es compleja y hasta ahora no ha sido sencillo identificar los genes de riesgo y confirmar científicamente los resultados obtenidos. En este último estudio, científicos de institutos de investigación punteros en Europa y los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos descubrieron un nuevo gen susceptible de provocar esquizofrenia denominado KCNH2 (un gen de canal de potasio) mediante el análisis de los datos de cientos de familias. Los investigadores descubrieron que, si se inhibe de forma selectiva este gen de «forma sospechosa», se podría regular la actividad cerebral desorganizada de los pacientes que sufren esquizofrenia y evitar los efectos secundarios cardíacos que suelen asociarse a la medicación contra la psicosis recetada actualmente. «Lo más complicado cuando se trata de relacionar genes con disfunciones complejas como la esquizofrenia es que no sólo debemos demostrar una asociación estadística, sino también mostrar de qué manera determinada versión de un gen ejerce una acción biológica y plantea un riesgo», afirmó Daniel Weinberger, del Programa de Cognición de Genes y Psicosis del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos. «Descubrimos efectos similares a la esquizofrenia en los procesos mentales y la estructura de comunicaciones del cerebro de personas completamente sanas que portan la versión de este gen de canal de potasio potencialmente peligroso, aunque no llegaran a mostrar ningún tipo de comportamiento psicótico», añadió el director del estudio. Estudios anteriores habían sugerido que la esquizofrenia es fruto de interacciones complejas entre varios genes y factores medioambientales. También se habían relacionado estadísticamente una serie de posibles genes responsables de la enfermedad en estudios de asociación pangenómicos. «Nuestro estudio va un paso más allá, pues abarca el descubrimiento de una nueva variante genética, la confirmación de su asociación con la enfermedad y sondas a distintos niveles para averiguar su mecanismo en tejido cerebral humano después de una autopsia, tejido humano vivo y en neuronas», explicó el Dr. Weinberger. Cuando el flujo de iones de potasio que llega a la célula está regulado, los canales de potasio son capaces de controlar cuándo se activan las neuronas, explicaron los científicos. La actividad del neurotransmisor dopamina regula el flujo de potasio. La dopamina, indican los investigadores, es la diana principal de la medicación contra la psicosis que se utiliza en la actualidad para tratar la esquizofrenia. El canal de potasio KCNH2 podría soportar el tipo de activación neuronal que subyace a las funciones mentales de mayor nivel que se encuentran interrumpidas en los pacientes esquizofrénicos. El equipo evaluó la asociación del gen con la esquizofrenia en cinco muestras independientes compuestas de cientos de familias. Su análisis reveló cuatro variaciones que estaban relacionadas con la disfunción en una pequeña región del gen KCNH2. No obstante, esta asociación estadística no probó la existencia de un mecanismo», advirtió el Dr. Weinberger. «No explicó cómo podría el KCNH2 aumentar el riesgo de sufrir esquizofrenia. Así que volvimos a examinar el tejido cerebral procedente de autopsias para encontrar una respuesta.» Los investigadores establecieron que la «Isoforma 3.1», una versión desconocida hasta ahora del KCNH2, aumentaba hasta niveles dos veces y medio superiores en el hipocampo de los enfermos que en los individuos sanos. «La Isoforma 3.1 también era más alta de lo normal en individuos sanos que portaban las variantes de riesgo», se lee en el artículo. Este resultado sugiere la existencia de una versión del gen KCNH2 asociada al riesgo de sufrir esquizofrenia. «En conjunto, estos resultados pueden proporcionar nuevos conocimientos sobre la etiología de la esquizofrenia y un nuevo rumbo para el descubrimiento de terapias», se concluye en el estudio. Los científicos europeos procedían de la Universidad Ludwig Maximilians y de la Universidad de Heidelberg (Alemania), la Universidad de Bari (Italia) y la Universidad Estatal de Medicina de Yerevan (Armenia).

Países

Armenia, Alemania, Italia

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