Un estudio comunitario advierte que los casos de diabetes de tipo 1 infantil se doblarán para el 2020
Un nuevo estudio financiado con fondos comunitarios advierte que la diabetes de tipo 1 seguirá presente en Europa y se calcula que su incidencia en niños menores de cinco años se doblará para el 2020. Los descubrimientos, publicados en un artículo de la revista The Lancet, también indican que los niños mayores de cinco años no se librarán de esta tendencia. Los resultados forman parte del Grupo de Estudio EURODIAB («Epidemiología, etiología y sanidad pública de la diabetes mellitus»), una colaboración apoyada en parte por los Programas Marco de la UE. «El surgimiento de la diabetes de tipo 2 en niños y adolescentes ha recibido gran atención, pero ello no debería distraer del rápido aumento de los casos de diabetes de tipo 1 en estos mismos grupos de edad», relatan los autores del estudio. «A pesar de que en unos pocos países la mayoría de los casos de diabetes infantil serán del tipo 2, en la mayoría de los países europeos la prevalente es, y probablemente será, la de tipo 1.» Los datos más recientes muestran que, aunque sólo uno de cada diez casos de diabetes es de tipo 1, la cantidad de niños que la sufren supera a la de los diagnosticados con la de tipo 2. La diabetes de tipo 1 tiene su origen en una deficiencia de insulina que obliga a los pacientes a inyectarse dosis diarias de esta sustancia como tratamiento. En este estudio, los investigadores evaluaron datos sobre la diabetes procedentes de veinte centros de diecisiete Estados miembros de la UE. Desde 1989 hasta 2003, en los Estados miembros se registraron 29.311 casos de diabetes de tipo 1. Según los investigadores, el aumento general de la incidencia de la diabetes de tipo 1 fue de casi un 4% cada año. Un desglose de las estadísticas indica que el aumento anual fue del 5,4% en el grupo de edad de 0 a 4 años, 4,3% en el grupo de edad comprendido entre los 5 y los 9 años, y 2,9% en aquellos entre los 10 y los 14 años. Además, los investigadores calcularon que durante 2005 se diagnosticaron unos 15.000 casos nuevos en Europa: 24% en el grupo de edad comprendido entre los 0 y los 4 años; 37% en el de 5 a 9 años; y 34% en quienes se encontraban entre los 10 y los 14 años. Para el 2020, el número de casos probablemente alcance los 24.400. En el grupo de los más jóvenes se doblará la incidencia, mientras que en el resto de grupos la distribución estará más igualada: de 0 a 4 años, 29%; de 5 a 9 años, 37%; y de 10 a 14 años, 34%, respectivamente. Según los investigadores, Europa registrará un impresionante aumento del 70% en el número de niños menores de 15 años con diabetes del tipo 1 (de 94.000 a 160.000). «El aumento previsto en la diabetes de tipo 1 infantil en Europa para los próximos 20 años y la creciente proporción de casos diagnosticados a edades más tempranas que antes, podrían provocar un incremento de los casos que presentan cetoacidosis [una complicación potencialmente mortal que se debe a una deficiencia casi absoluta de insulina o a niveles elevados de ciertas hormonas de estrés] y que requieren hospitalización», advierten los autores. Los investigadores indicaron que los países europeos «deben planificar sus servicios de forma adecuada y asegurarse de que disponen de los recursos necesarios para ofrecer un tratamiento de gran calidad a la mayor cantidad de niños a los que se diagnosticará diabetes en los años venideros.» A pesar de los rápidos cambios de los últimos años, los investigadores no creen que los factores genéticos sean la única razón para explicar esta tendencia creciente. «Varias hipótesis, basadas en estudios epidemiológicos analíticos, han señalado como posibles factores ambientales a fenómenos modernos como el incremento del peso, la altura y los partos por cesárea, y a la menor frecuencia de las infecciones tempranas», explican los autores. «Este concepto concuerda con ciertos informes en los que se apunta a una asociación ecológica entre el producto interior bruto (PIB) y las tasas de incidencia en países europeos. El aumento cada vez más rápido en los países con incidencia baja, sobre todo en los de Europa oriental, puede ser una consecuencia de factores relacionados con el estilo de vida, los cuales cambian con gran celeridad en estos países.» En resumen, la convergencia en las tasas de incidencia sería reflejo de una homogeneización de los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida en Europa, afirmaron. Los centros de investigación que participaron en este estudio fueron la Universidad Charles (República Checa), el Hospital Universitario Infantil de Tubinga (Alemania), la Universidad de Medicina de Viena (Austria), el Instituto para la Diabetes y las Enfermedades Metabólicas (Rumanía) y la Universidad de Leeds (Reino Unido).