La motivación y el apoyo ayudan a las mujeres obesas a acudir al trabajo en bicicleta
Según un estudio realizado por investigadores de Suecia, recibir motivación y apoyo puede ayudar a que más mujeres aprovechen el desplazamiento diario al trabajo para hacer ejercicio. De esta forma se prevendrían problemas de salud como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares en mujeres obesas. Los descubrimientos, sobre los cuales ha publicado un artículo la revista International Journal of Obesity, demuestran que mediante actos sencillos se pueden lograr grandes cambios en la rutina diaria. Según el director del estudio, el Dr. Hemmingsson del Intituto Karolinska de Estocolmo, «optar por un medio de transporte que requiera actividad física es el mejor consejo que podemos ofrecer a las poblaciones en riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes para que aumenten la cantidad de ejercicio que realizan, ya que para ir y volver del trabajo hay que emplear una cantidad de tiempo se haga ejercicio o no». Este estudio de 18 meses de duración contó con 120 mujeres de entre 30 y 60 años de edad con obesidad abdominal (un perímetro de cintura de al menos 88 centímetros) y sin buena forma física. Las mujeres fueron repartidas de forma aleatoria en dos grupos: peatones (grupo de control) y peatones a las que se animó a montar en bicicleta (grupo de intervención). A los sujetos del grupo de peatones se les equipó con podómetros. Durante dos reuniones de dos horas de duración se animó a las participantes a ir y volver del trabajo andando. El objetivo era que cada sujeto incrementara gradualmente la cantidad de pasos que daba cada día. Para las mujeres de este programa, que representa una intervención de ejercicio normal, se fijó una meta de 10.000 pasos diarios. El grupo de intervención participó en el mismo programa pero con varias modificaciones importantes, consistentes en tres consultas individuales con un médico que proporcionaría a cada mujer una «receta para la realización de actividad física» mediante la cual se les motivaba a utilizar la bicicleta para ir al trabajo. Las mujeres incluidas en este grupo también asistieron a dos reuniones y se les prestó una bicicleta de paseo nueva para que la usaran durante los dieciocho meses que duró el estudio. La meta fijada para este grupo era que, de media diaria, anduvieran unos 10.000 pasos o recorrieran 2 kilómetros en bicicleta. Se animó a ambos grupos a que fueran a pie al trabajo o como alternativa, en el grupo de intervención, en bicicleta. Se sugirió a las mujeres medidas como tomar el transporte público pero apearse una parada antes de lo habitual. Los resultados en el grupo de ciclistas, que recibieron mucha más motivación que las mujeres del grupo de peatones, fueron mucho más positivos en lo referente a cambiar la rutina y mantenerla. En este grupo, el 38,7% de los sujetos recorrieron dos o más kilómetros al día en bicicleta. En el grupo de control sólo el 9% de las mujeres alcanzaron el objetivo de dar 10.000 pasos diarios. Casi la misma proporción de mujeres en ambos grupos aumentó de forma significativa la distancia recorrida a pie, lo que sugiere que montar en bicicleta no tiene por qué disminuir la frecuencia de los paseos diarios. Una cantidad significativa de mujeres en los dos grupos consiguieron reducir el perímetro de su cintura, aunque no su peso. «Si tenemos en cuenta que la mayoría de las mujeres del grupo de ciclistas no habían montado en bicicleta desde la infancia, fue reconfortante observar que muchas de ellas tomaron la bicicleta de forma regular para ir a trabajar», comentó el Dr. Hemmingsson. «El programa de apoyo ofrecido al grupo de intervención se diseñó para que no fuera especialmente costoso, ya que queríamos que fuera una opción factible en los servicios de atención primaria», añadió. «Un efecto secundario positivo fue que el uso del automóvil descendió un 34%.»
Países
Suecia