Utilizar la genética para aumentar la supervivencia en lechones
Investigadores cuya labor ha sido financiada con fondos comunitarios han conseguido elevar los índices de supervivencia de lechones en tan sólo una generación aplicando sencillas técnicas de reproducción selectiva de ganado. Los científicos confían en que sus descubrimientos conducirán a la reducción del uso de jaulas parideras, unas jaulas de metal fuertemente criticadas por grupos que luchan por el bienestar de los animales. La mortalidad neonatal es un grave problema para los criadores de ganado porcino, ya que muere una media del 20% de lechones por camada. Se trata de un problema que no guarda relación únicamente con el bienestar del animal; a precios actuales, la muerte prematura de lechones cuesta a un ganadero que tenga 250 cerdas más de 50.000 euros al año. Hoy en día las parideras se utilizan normalmente para prevenir que las hembras aplasten por accidente a sus lechones. Las jaulas separan a las madres de las crías de manera que estas últimas sólo tienen acceso a las mamas para alimentarse. Sin embargo, se sabe que las parideras provocan estrés en las hembras y también guardan relación con otras causas de mortalidad en lechones como la violencia y el canibalismo, por lo que no es de extrañar que estos dispositivos hayan sido el objetivo de varias campañas en favor del bienestar de los animales. En este estudio, los investigadores acudieron a la genética para comprobar si la cría selectiva podría mejorar el índice de supervivencia de los lechones en sistemas cubiertos de estabulación libre o a cielo abierto. Sus investigaciones desvelaron que los lechones que encuentran la ubre y maman más rápido tienen mayor índice de supervivencia. Los lechones con una complexión proporcionada y una capa de grasa adecuada también tenían más probabilidades de sobrevivir. Las características de la cerda también influyen en la supervivencia del lechón. En el útero, los lechones que nadan en una placenta adecuada tienen más probabilidades de alcanzar un peso apropiado en el parto y sobrevivir. Una vez que los lechones han nacido, si las cerdas muestran un comportamiento maternal apropiado también aumenta la probabilidad de supervivencia de sus crías. Una buena madre es aquélla que permanece calmada durante el parto y se tumba con cuidado para reducir el riesgo de aplastar a sus crías. Los investigadores estudiaron lechones y cerdas nacidos de verracos con un elevado índice de supervivencia y los compararon con crías de verracos cuyo índice de supervivencia era medio. Descubrieron que la mortalidad en las camadas procedentes de verracos con un nivel elevado de supervivencia descendía hasta el 12%, en comparación con el 18% del segundo grupo. Las cerdas de camadas con índice elevado de supervivencia también suelen ser mejores madres y tienen comportamientos que provocan menos aplastamientos que las procedentes de camadas con un índice de supervivencia medio. Los investigadores subrayan que los beneficios de realizar este tipo de selección son patentes en tan sólo una generación. Los investigadores explican en un resumen informativo que «mejorar la supervivencia mediante estrategias de selección genética es beneficioso tanto para el bienestar de los lechones como para el de la madre, y ayuda al ganadero al conseguir un ahorro económico sustancial». «Además, esta investigación demuestra la posibilidad de eliminar gradualmente las parideras en un futuro.» La investigación recibió apoyo del proyecto Welfare Quality, financiado con 14,4 millones de euros dentro del área temática «Calidad y seguridad de los alimentos» del Sexto Programa Marco (6PM). El proyecto Welfare Quality tiene como objetivo desarrollar estrategias prácticas que mejoren el bienestar de los animales de granja y métodos para comunicar a los consumidores información sobre susodicho bienestar. En otros resúmenes informativos se abordan los temas de la cojera en vacas lecheras, el estrés social del ganado vacuno y los problemas de salud en pollos de engorde.