Un estudio destaca los beneficios de los peces no autóctonos
La mayoría de peces no autóctonos que se introducen en hábitats de agua dulce causan, en realidad, más beneficios que daños, según se indica en un nuevo estudio. Su autor, el Dr. Rodolphe Gozlan de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido), afirma que muchas veces se sobrevaloran los pequeños riesgos asociados a la introducción de nuevas especies, y pide que se produzca un debate crítico sobre las amenazas reales que suponen los peces no autóctonos. Este trabajo, que contó con el apoyo de la UE, está publicado en la revista Fish and Fisheries. El Dr. Gozlan analizó datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y de FishBase sobre 103 especies de peces de agua dulce no autóctonos y halló que más de la mitad de ellos no tiene un impacto ecológico adverso sobre su nuevo hábitat y que el riesgo de impacto ecológico después de su introducción era de menos del 10% por lo que se refiere a la mayoría (84%) de las especies estudiadas. Entre los ejemplos de peces introducidos en Europa y que han ocasionado numerosos beneficios está la trucha arco iris de Norteamérica, el bagre de África y la carpa de Asia. El Dr. Gozlan indica asimismo que las especies introducidas que generalmente se consideran dañinas para los ecosistemas, como el mejillón zebra en los Grandes Lagos de Norteamérica, no siempre se evalúan respecto de otras presiones medioambientales como la destrucción de hábitats o la sobrepesca. Según el Dr. Gozlan, un problema importante es que los pequeños riesgos que suponen las especies no autóctonas están muchas veces sobrevalorados, lo que conduce a la suposición de que todas estas especies nuevas deben constituir una amenaza para la biodiversidad. Esta percepción se agudiza porque la mayor parte de la investigación en este campo se centra en la cantidad relativamente pequeña de casos negativos. Debido a la disminución de la pesca natural se incrementará nuestra dependencia de la acuicultura, lo cual aumentará el riesgo de que se introduzcan más peces de agua dulce en el futuro. «Mirando hacia el futuro, vemos que los cambios medioambientales a los que se pueden enfrentar los ecosistemas de agua dulce tendrán implicaciones inevitables por lo que respecta a la distribución de nuestras especies autóctonas de peces de agua dulce y que cada vez será mayor la necesidad de recurrir a peces no autóctonos», expone el Dr. Gozlan en su artículo. «Así pues aumentarán las introducciones de peces de agua dulce y habrá que debatir el cambio a una actitud más realista, por polémico que resulte.» Esto significará la protección de peces nuevos que sean beneficiososo para la diversidad y, al mismo tiempo, mantener las prohibiciones relativas a la introducción de especies o familias de peces que presentan un riesgo ecológico mayor, afirma el Dr. Gozlan. Para apoyar tal medida habrá que educar a la sociedad de modo que pueda comprender los beneficios ecológicos y económicos que se pueden lograr con la introducción apropiada de especies no autóctonas. «La percepción pública del riesgo es algo que no puede pasar por alto ningún gobierno ni autoridad, pero para contar con el apoyo de la sociedad en la lucha por la conservación de la biodiversidad de los peces de agua dulce, el mensaje debe ser claro, detallado y educativo», concluye el Dr. Gozlan.