A través de una nueva investigación se evidencia la propagación de microbios
Según investigadores de la Universidad de Bath, en Reino Unido, la bacteria Staphylococcus aureus resistente a la Methicilina (MRSA), el más mortal de los "microbios", utiliza la ameba para propagarse, lo que tiene importantes implicaciones en el diseño de hospitales para prevenir la propagación de la enfermedad. En una investigación experimental, el equipo del Profesor Mike Brown puso en contacto la ameba con la bacteria MRSA. En un periodo de 24 horas, la mitad de las amebas habían sucumbido a la infección, mientras que el 2 por ciento estaban muy infectadas. La investigación, publicada en la revista Environmental Biology, demuestra que las bacterias infectan estas criaturas microscópicas unicelulares muy comunes. Cuando la ameba (Acanthamoeba Polyphaga) produce quistes para reproducirse, las bacterias de MRSA la acompañan. Este método de transmisión traspasa la mayoría de las barreras que un hospital erigiría para evitar la propagación de MRSA. "Hasta ahora esta fuente de MRSA ha permanecido desconocida por completo. Es una fuente de reproducción no asociada al paciente y dado que la ameba y otros protozoos son omnipresentes, incluso en los hospitales, es probable que contribuyan a la persistencia de MRSA en el medio hospitalario", declaró el Profesor Brown, del Departamento de Farmacología de la Universidad. Las amebas necesitan de agua para vivir. El Profesor Brown cree que los entornos secos y la ubicación meticulosa de lavabos y otras fuentes de agua serán fundamentales para reducir la propagación de MRSA. "Creo que tenemos que tener mucho cuidado en cualquier situación que se utilice agua", informó el Profesor Brown a Noticias CORDIS. "Por ejemplo, si el lavabo está cerca del paciente, podría haber un efecto aerosol de gotitas de agua. No sería buena idea que el paciente estuviera cerca del lavabo. Cualquier cosa que contenga agua es una reserva en potencia de amebas y por lo tanto de MRSA", declaró. Otras de las medidas podrían ser los deshumificadores o acumuladores de calor para garantizar un entorno seco. Otras investigaciones sugieren que debido a que la ameba se infecta primero, esto podría hacer que las bacterias de MRSA sean más resistentes a los antibióticos cuando infecta a los humanos. "Es casi como si la ameba actuara como un gimnasio, ayudando a ponerse en forma a las MRSA y haciéndolas más patógenas", declaró el Profesor Brown. El investigador cree que este método de transmisión de la infección es extremadamente viejo, y que "muchos patógenos aprendieron su patogenicidad después de estar entrenándose durante millones de años a organismos unicelulares como la ameba. Debido a que nuestras células humanas son muy similares a estos organismos unicelulares primitivos, han adquirido las técnicas para atacarnos". Se han identificado tantas similitudes entre las células y protozoos primitivos, como la ameba, y las células humanas que algunos investigadores las utilizan ahora en las pruebas biológicas en lugar de animales. La bacteria Staphylococcus, de la que la MRSA es un tipo, es muy enigmática. Infecta a la mayoría de los adultos, pero no presenta síntomas. Sin embargo, si la Staphylococcus origina una profunda infección, en la piel o la sangre, entonces puede causar la meningitis, el envenenamiento de los alimentos, la neumonía y otros síntomas que pueden ser mortales. La MRSA puede ser mortal entre la población de edad avanzada y en enfermos. Sólo en el Reino Unido se producen cada año más de 3.000 muertes a causa de infecciones de MRSA. "Un control eficaz de la MRSA dentro del ámbito de la atención sanitaria exige un mayor entendimiento sobre su ecología", afirma el Profesor Brown. "Debemos centrarnos ahora en mejorar nuestra comprensión acerca de cómo se transmite exactamente, en el hospital y en un medio más incontrolado, con el fin de desarrollar procedimientos de control que sean eficaces en todos los escenarios posibles", concluyó.
Países
Reino Unido