Una solución cerámica abre la puerta a nuevas opciones de reciclaje de aguas residuales
Las pruebas con las membranas desarrolladas durante el proyecto REMEB, financiado con fondos europeos, han demostrado cómo las instalaciones municipales pueden filtrar y reciclar de forma rentable las aguas residuales para diferentes usos, incluyendo la limpieza de las calles o incluso la irrigación agrícola. Esta innovación también podría permitir a las industrias reciclar sus propias aguas residuales y, así, reducir tanto costes como su huella medioambiental. «Hemos puesto a prueba las membranas en la planta municipal de tratamiento de aguas residuales de Aledo, en Murcia», comenta la coordinadora del proyecto REMEB, Elena Zuriaga, de FACSA (España). «Tras el éxito obtenido, nuestro plan es seguir mejorando las membranas cerámicas y llevar la solución al entorno industrial». Reutilización de recursos El tratamiento de aguas residuales mediante la utilización de un biorreactor de membrana de filtrado ha sido reconocido como una posible solución para aumentar la cantidad del agua reciclada en circulación. No obstante, estos biorreactores de membrana, que a menudo contienen económicas membranas de polímeros, suelen presentar una baja resistencia térmica, mecánica y química, lo cual limita su eficacia. Además, no todos los países se sienten cómodos empleando aguas residuales recicladas, una mentalidad que Zuriaga y su equipo esperan modificar. «Debemos encontrar nuevos modos de reutilizar el agua», comenta. «En la actualidad, solo se reutiliza el 2,4 % de las aguas residuales tratadas en Europa y debemos esforzarnos por aumentar esta cifra. Tenemos que ser innovadores y mantener la mente abierta para encontrar soluciones de reutilización del agua». La escasez de agua es un problema crítico y el reciclaje de aguas residuales va dejando de ser tabú, puesto que el agua empleada para la limpieza de calles está sometida a unos requisitos de reciclaje menos estrictos. En tales casos, las membranas cerámicas podrían ofrecer a las instalaciones municipales un medio económico de suministrar aguas residuales recicladas para tales fines. Para usos finales como la irrigación agrícola, en que los requisitos son más estrictos, diferentes estándares de membranas cerámicas aplican diversas capas de selección (en otras palabras, se disminuye el tamaño de los poros). Materiales reciclados Otro elemento importante del proyecto REMEB fue que se propuso desarrollar estas membranas empleando materias primas y residuos existentes en la región, reduciendo así los desechos de los vertederos. De este modo, el proyecto planificó la creación de posibles nuevas fuentes de ingresos para los residuos industriales locales. «En la provincia vecina de Castellón (Comunidad Valenciana), donde obteníamos la materia prima, esto supuso fabricar membranas cerámicas a partir de residuos recogidos de la industria local de azulejos cerámicos, así como el uso de residuos sólidos de aceite de oliva y de polvo de mármol», explica Zuriaga. «Incluso probamos con residuos de la cosecha de arroz, ¡dado que Valencia es la cuna de la paella!» Tanto en España como con los socios del proyecto en Italia y Turquía se probaron otras materias primas, como cáscaras de avellanas, almendras y café. La materia orgánica quemada a altas temperaturas sirve para crear los poros que permiten el flujo del agua. Tras su desarrollo, las membranas se pusieron a prueba en la planta municipal de aguas residuales de Aledo, en Murcia. La región fue seleccionada para la validación porque fomenta la reutilización del agua recuperada para fines agrícolas. «Uno de los desafíos fue ampliar la escala para pasar del laboratorio al nivel industrial, en que los procesos son más difíciles de controlar», explica Zuriaga. «Al principio alguna cerámica se arietaba, pero logramos solucionarlo modificando las temperaturas durante el proceso de sinterización y ajustando la composición». Después, la producción de membranas optimizadas se replicó a escala piloto con socios de Turquía e Italia empleando, una vez más, productos residuales y materiales reciclados regionales. «Estoy muy orgullosa de que hayamos logrado fabricar membranas a partir de residuos agrícolas e industriales, lo cual contribuye positivamente a la economía circular», concluye Zuriaga.
Palabras clave
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