Apoyo a personas con discapacidad intelectual para superar limitaciones relativas al ejercicio físico
Hasta la fecha, las intervenciones relacionadas con la actividad física de personas con DI han ofrecido resultados pobres. Centrados principalmente en aspectos conductuales y organizativos, los estudios referentes a esta cuestión no han abarcado aspectos como la capacidad cardiorrespiratoria o la energía que se consume durante el ejercicio, o bien se asumía que estos factores eran similares a los de la población en general. Sin embargo, una investigación basada en una pequeña muestra de esta población —personas con síndrome de Down en su mayor parte— ha demostrado que existen anomalías en la respuesta autónoma al ejercicio y a actividades que requieren una cantidad elevada de energía. Es por esto que el proyecto ID PHYSIOLOGY analizó las limitaciones fisiológicas que influyen en la actividad física y el ejercicio de personas con DI. Se necesitan más conocimientos sobre dichas limitaciones para poder ayudar de manera más adecuada a estas personas a evitar la fatiga, lesiones y la falta de motivación, lo que a su vez se materializa en pérdida de funcionalidad y enfermedades. «En sentido amplio, la labor del proyecto puede tener implicaciones en cuestiones relacionadas con la salud pública y en aspectos sociales y económicos de este grupo de población específico», apunta la Dra. Thessa Hilgenkamp, científica dedicada al movimiento de los seres humanos e integrante del proyecto. Las personas con DI responden al ejercicio de manera diferente En la investigación se emplearon diversas actividades que estimulan el sistema nervioso simpático —por ejemplo, ejercicios relacionados con la fuerza de agarre y aeróbicos— para estudiar la respuesta cardiorrespiratoria autónoma de personas con DI. El equipo también evaluó el consumo de oxígeno al caminar a distintas velocidades para determinar si se producía una correlación entre la demanda relativa de oxígeno y el nivel individual de actividad física. Una serie de análisis realizados durante una prueba de esfuerzo máximo en los que se compararon los resultados de una muestra inicial de diez participantes con DI con los de un grupo de control revelaron la existencia de diferencias significativas en la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno máximos. Además, ID PHYSIOLOGY detectó diferencias sustanciales en la presión arterial sistólica y la respuesta de la frecuencia cardíaca a cambios en la posición corporal al pasar desde la posición de decúbito supino a ponerse de pie —ortostatismo activo— y volver a la posición inicial. El hallazgo clave del proyecto en términos generales consiste en que las personas con DI tienen limitaciones fisiológicas relativas a la actividad física. «Su frecuencia cardíaca no puede elevarse tanto como la de los miembros del grupo de control, lo que se materializa en una menor capacidad para el ejercicio y un gasto relativo de energía mayor al realizar tareas cotidianas tales como caminar», explica la Dra. Hilgenkamp. Un enfoque personalizado para la actividad física Los conocimientos generados con la investigación y sus hallazgos ponen de relieve la necesidad de adaptar directrices específicas para estos ciudadanos en lo que concierne tanto a las pruebas como a la prescripción de ejercicios. Asimismo, resulta necesario efectuar intervenciones a fin de incrementar el grado de concienciación entre profesionales y el público en general sobre la limitada capacidad —debido a factores fisiológicos— de las personas con DI para realizar ejercicio. «Al comprender las causas de que las personas con DI tengan niveles más bajos de actividad física y hasta qué punto esto se debe a limitaciones fisiológicas, la programación de actividades físicas puede personalizarse y adaptarse en mayor medida a sus necesidades y posibilidades», asevera la Dra. Hilgenkamp. Los resultados preliminares se han presentado en tres congresos, uno celebrado en Australia y dos en Estados Unidos. Entre otras actividades de divulgación se incluyen encuentros y charlas con profesionales sanitarios cuya praxis clínica implica la asistencia a pacientes con DI, así como con proveedores de servicios de asistencia sanitaria, padres y personal de clubes deportivos. El proyecto, amparado por el programa Marie Curie, también se ha presentado en el Departamento de Medicina General y el Departamento de Rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad Erasmus. La supervisión de graduados universitarios y estudiantes de máster de este centro y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Radboud en Nimega (Países Bajos) también formó parte de las labores de ID PHYSIOLOGY. «El proyecto seguirá desarrollando la base de conocimientos sobre disfunciones autónomas en personas con DI y sobre cómo mejorar su aplicación para promover un estilo de vida activo y saludable en este grupo de población», concluye la Dra. Hilgenkamp. De esta forma, los hallazgos de ID PHYSIOLOGY pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de personas DI y sus cuidadores.
Palabras clave
ID PHYSIOLOGY, ejercicio, actividad física, limitaciones fisiológicas, salud, discapacidad intelectual, cardiorrespiratorio, consumo de energía