Proteger los productos del mar frente a la contaminación
La contaminación con productos químicos de las regiones marítimas de Europa, que representan más del 40 % del PNB de la UE, plantea una amenaza inmensa para el medio ambiente, la salud (a través de la cadena alimentaria) y sectores relacionados como el de la pesca. La seguridad de los productos del mar está supeditada a la calidad del agua marina. Puesto que la inmensa mayoría de las instalaciones de acuicultura se encuentran en zonas litorales, son especialmente vulnerables a los contaminantes emitidos al medio ambiente desde fuentes naturales o antrópicas y también a las biotoxinas emitidas por las proliferaciones dañinas de algas. Muchos de esos contaminantes son asimilados por los organismos acuáticos y, de esa manera, se introducen en la cadena alimentaria y acaban por afectar a la salud de los consumidores. Aunque se trata de un tema complejo, una solución posible para mitigar el efecto de la contaminación marina consiste en utilizar sistemas de alerta rápida que ofrezcan una precisión y también una selectividad muy elevadas. SEA-ON-A-CHIP, proyecto financiado con fondos europeos, construyó un sistema de esas características. Se trata de una plataforma de sensores inmunes que ha sido miniaturizada, es autónoma, adaptable y flexible y se controla a distancia. Se fundamenta en una serie totalmente integrada de micro/nanoelectrodos y un sistema de microfluidos que se ha configurado a modo de laboratorio en un chip. El sistema cuenta con medios de detección electroquímica y realiza un análisis en tiempo real de las aguas marinas teniendo en cuenta múltiples factores de estrés. Una técnica compacta y autónoma El dispositivo de SEA-ON-A-CHIP es compacto, autónomo y cuenta con inmunosensores de multianalitos que funcionan por transducción impedimétrica. Su inmunosensor electroquímico está integrado en un sistema automático de microfluidos que está conectado a un compartimento de pretratamiento de muestras. Dentro de ese compartimento se realiza, mediante inmunorreconocimiento, el proceso de limpieza y preconcentración de los compuestos que se van a medir. Seguidamente, se envía la información a la etapa de detección, que se realiza en el inmunosensor electroquímico de laboratorio en un chip, y las señales se comunican a un centro de control remoto. Cada dispositivo puede realizar ocho mediciones simultáneas en duplicados. Teniendo en cuenta los entornos tan adversos en los que operan, estos dispositivos pueden proporcionar mediciones autónomas en tiempo real al menos una vez por hora durante hasta un mes. El usuario puede conectar simultáneamente tantos dispositivos como sea necesario a la misma plataforma, por lo que el sistema resultante es muy adaptable y poco costoso. «Gracias al uso de sistemas microelectromecánicos y a microelectrodos en sustratos poliméricos flexibles, se reduce notablemente el coste de producir los dispositivos», explica el coordinador del proyecto, Damià Barceló. Beneficios para la acuicultura y otros sectores Según Barceló, se han presentado a posibles clientes las numerosas oportunidades y beneficios que ofrece SEA-ON-A-CHIP, y las valoraciones iniciales recibidas han sido muy positivas. «Se ha demostrado que el sistema es beneficioso para las instalaciones acuícolas, pues permite realizar una evaluación rápida de ocho contaminantes comunes de cinco grupos de compuestos que repercuten en la producción de la acuicultura y también los generados por la industria que afectan negativamente al medio ambiente y la salud humana», informa Barceló. Y añadió: «Aunque se desarrolló para el sector de la acuicultura, el sistema SEA-ON-A-CHIP es fácil de adaptar a otros compuestos y situaciones de interés, por ejemplo, para analizar la contaminación de aguas litorales».
Palabras clave
SEA-ON-A-CHIP, acuicultura, contaminación marítima, contaminación costera, medición autónoma, cadena alimentaria