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Green fertilizer upcycling from manure: <br/>Technological, economic and environmental sustainability demonstration

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El estiércol, un recurso muy valioso

Para muchos, el estiércol no es más que un residuo, pero un grupo de investigadores financiados con fondos europeos ve en él una oportunidad desperdiciada de crear un mercado nuevo y sostenible en beneficio de los ganaderos europeos.

Cerca de la mitad de las proteínas que ingerimos proceden de productos de origen animal. Con el fin de proveernos de la cantidad de productos cárnicos y lácteos que necesitamos, se produce una cantidad ingente de estiércol; para ser exactos, 1 270 millones de toneladas al año, procedentes de ganado vacuno y porcino. Se trata de una cantidad de estiércol suficiente para llenar medio millón de piscinas olímpicas. Por tanto, si no se gestionan adecuadamente, estos residuos pueden ser dañinos para el entorno local y contribuir notablemente al cambio climático. Este problema del estiércol se ve agravado por el hecho de que, hoy por hoy, constituye una fuente casi totalmente desaprovechada de nutrientes y carbono orgánico. El motivo es la inviabilidad económica de transportar el estiércol desde las regiones donde hay un exceso de nutrientes hasta las que presentan una carencia de ellos. En consecuencia, el sector agrícola de Europa sigue dependiendo enormemente de la importación de nutrientes «nuevos» (en forma de fertilizantes sintéticos que son dañinos para el medio ambiente). El proyecto MANUREECOMINE, financiado con fondos europeos, pretende cambiar la situación aprovechando los recursos encerrados en el estiércol en un formato refinado y concentrado, y de este modo contribuirá a reducir las emisiones contaminantes y los perjuicios medioambientales. «El proyecto tiene el cometido de demostrar la posibilidad de aplicar, de un modo flexible, una técnica multimodular que reduce los perjuicios medioambientales de la ganadería intensiva en Europa —informó Siegfried Vlaeminck, catedrático en la Universidad de Gante y en la Universidad de Amberes—. Nosotros ofrecemos una respuesta sostenible al reto de los nutrientes que tiene ante sí Europa; una propuesta que es atractiva económicamente, que ofrece ventajas a los ganaderos y que potencia la autosuficiencia de Europa». Un ciclo del estiércol ecológico Con estos objetivos, el equipo del proyecto construyó una instalación de moderna tecnología que recupera elementos fertilizantes «ecológicos» a partir de distintos tipos de estiércol. En primera instancia, en la instalación de MANUREECOMINE se recoge estiércol procedente de cerdos y vacas. Entonces se refinan varios nutrientes que se pueden introducir en una nueva mezcla fertilizante de origen biológico y ajustable al uso que se desee. Uno de los principales productos obtenidos es la estruvita, un precipitado de magnesio, amonio y fosfato que puede servir como fertilizante de liberación lenta. A continuación, en lugar de transformar en fertilizante sustancias que son dañinas para el medio ambiente (como combustibles fósiles y minerales finitos), que es como se hacen los fertilizantes sintéticos, el equipo del proyecto mezcla los nutrientes extraídos con varios aditivos sostenibles. Así se obtiene una mezcla fertilizante ecológica. «En nuestro proyecto recuperamos distintos nutrientes que se pueden mezclar para dar lugar a fertilizantes ecológicos acordes a las necesidades de los ganaderos y a la demanda del mercado —destacó Nico Boon, catedrático en la Universidad de Gante—. Este fertilizante ecológico de fabricación totalmente europea se aprovecha en los campos de cultivos alimentarios, los cuales pueden servir después para mantener a cerdos y vacas. Estos generan estiércol nuevo y así surge un ciclo cerrado, local y completamente sostenible». Un recurso comercial viable Previsiblemente, el proyecto MANUREECOMINE potenciará la aceptación comercial de la tecnología de recuperación de nutrientes a partir de estiércol. De hecho, sus investigadores atribuyen a los fertilizantes extraíbles del estiércol en Europa un valor de 11 000 millones de euros al año. Valga como referencia que, en la actualidad, los ganaderos europeos gastan 15 500 millones de euros al año en fertilizantes sintéticos. Según Vlaeminck, los principales beneficiarios de esta instalación son los diseñadores, constructores y operadores de plantas de tratamiento; las empresas dedicadas al comercio de nutrientes y a la mezcla de fertilizantes; y, sobre todo, aquellos ganaderos que prefieran tratar su estiércol en su propia zona. Según concluyó Vlaeminck: «El estiércol ya no es un producto de desecho; gracias a MANUREECOMINE, es un recurso que se puede aprovechar con fines comerciales y obtener diversas ventajas».

Palabras clave

MANUREECOMINE, estiércol, aditivos sostenibles, autosuficiencia, fertilizante

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