La percepción de la profundidad en humanos
La capacidad de los humanos para distinguir la profundidad y ver en tres dimensiones está ampliamente relacionada con la disparidad binocular. Esta propiedad es esencial para agarrar, alcanzar y manipular objetos que, a su vez, son actividades clave para desarrollar tareas como conducir, comer o hacer deporte. Los proyectos realizados con anterioridad para comprender más a fondo el procesado de los datos binoculares se han fundamentado en datos limitados de un número reducido de áreas cerebrales y además en individuos y animales con elevada preparación. El objetivo del proyecto «Neural substrates of depth perception: from surfaces to complex 3D forms» (COMPLEX3D), financiado con fondos europeos, pretendía realizar un análisis global de las aportaciones de las regiones dorsal y ventral del cerebro al procesar distintos tipos de información sobre la profundidad. Además, se investigó la plasticidad de las redes neuronales involucradas en la percepción de la profundidad en caso de modificación de la pertinencia conductual de los datos de profundidad a través del aprendizaje. La plasticidad es el proceso por el cual se reorganizan las redes neuronales en respuesta a un aprendizaje repetido. Se empleó la resonancia magnética funcional (RMf) y la estimulación transcraneal magnética repetitiva a fin de identificar regiones cerebrales implicadas en la percepción de formas y superficies específicas. Se determinó la influencia del comportamiento del individuo en la percepción de objetos sencillos y su actividad cerebral (mediante RMNf) a la hora de tomar decisiones en relación con la profundidad. Los estímulos presentaban bien información gruesa (signal-in-noise, «señal en ruido») o bien información fina de profundidad. Con objeto de determinar los efectos del aprendizaje en la plasticidad, se aumentó la pertinencia conductual de los estímulos de profundidad a través de paradigmas de entrenamiento. Se sometieron regiones cerebrales que intervienen en la percepción de profundidad durante la toma de decisiones a estimulación transcraneal magnética repetitiva con el propósito de identificar posibles diferencias en la percepción. Los resultados de COMPLEX3D apoyan la hipótesis de que el aprendizaje facilita los mecanismos de filtración del ruido, lo que podría mejorar la percepción de profundidad. Además, estos hallazgos son cruciales para entender las vías visuales que median la percepción de profundidad. Es posible que estos datos se empleen en la prescripción de tratamientos tras una lesión cerebral o en el diseño de sistemas robóticos.
Palabras clave
Percepción de profundidad, lesión cerebral, rehabilitación, robots, disparidad binocular, redes neuronales, plasticidad, resonancia magnética funcional, estimulación transcraneal magnética repetitiva