Las corrientes oceánicas arrastran el plástico a aguas del Ártico
El apoyo de la Unión Europea al proyecto MICRO B3 contribuyó a la investigación publicada en la revista «Science Advances». El equipo descubrió que si bien las fuentes de contaminación estaban a gran distancia y no había residuos de plástico en la mayoría de las aguas árticas estudiadas, sí que se encontraron concentraciones elevadas en las zonas más al norte y el este de los mares de Groenlandia y Barents. Los científicos analizaron la magnitud, la distribución y las fuentes de contaminación por plásticos en las aguas superficiales del océano Ártico a partir de los datos recabados por la expedición circumpolar Tara Oceans 2013. El proyecto MICRO B3 (Marine Microbial Biodiversity, Bioinformatics and Biotechnology) concluyó en 2015 y pero su trabajo se reflejó en Tara Oceans. Durante la expedición circumpolar, Andrés Cózar y sus colegas utilizaron redes para obtener residuos de plástico flotantes como hilos de pescar, y múltiples películas, fragmentos y gránulos de plástico. Se identificaron miles de trozos de residuos flotantes por kilómetro cuadrado, y se concluyó que dada la fragmentación y la tipología de los mismos, el plástico era viejo y se había desechado a mucha distancia. Según se indica en el artículo: «Los modelos de circulación superficial y los datos obtenidos sobre el terreno muestran que la rama que se dirige hacia el polo de la circulación termohalina, movimiento agua mar con diferente salinidad desplaza los residuos flotantes desde el norte del Atlántico a los mares de Groenlandia y de Barents». Estas zonas serían el final de lo que describen como una «cinta transportadora de plástico». El equipo expresa su preocupación al indicar que dado el limitado transporte de superficie del plástico y los mecanismos que provocan un transporte hacia abajo, el fondo marino del sector ártico estudiado podría ser un sumidero importante de residuos plásticos. Si bien hay poca población humana por encima de los sesenta grados de latitud norte, en el informe se menciona el modelo de circulación establecido por van Sebille y sus colegas, el cual predice una zona de acumulación de plástico en el círculo polar ártico, sobre todo en el mar de Barents. Este sector del océano Ártico desempeña una función clave en la circulación termohalina mediante la formación de aguas profundas por enfriamiento Los investigadores explicaron que la corriente termohalina desvía agua superficial cálida desde latitudes bajas a altas a través del Océano Atlántico Norte hasta el Ártico y de esta forma podría arrastrar plástico flotante desde latitudes pobladas. Tras llegar a estos los mares de Groenlandia y de Barents, las masas de tierra y los casquetes polares atrapan los residuos. Los ensayos mostraron que el círculo polar ártico estaba ligeramente contaminado con residuos plásticos, pero que los residuos eran abundantes y generalizados en los mares de Groenlandia y de Barents. El equipo descubrió que las concentraciones máximas eran menores que en las zonas de acumulación subtropical, pero que los valores medianos eran similares, sobre todo en cuanto a cantidad de unidades de objetos. «La carga total de plástico flotante en las aguas sin hielo del océano Ártico se calculó en entre cien y mil doscientas toneladas, y unas cuatrocientas toneladas compuestas de cerca de 300 000 millones de objetos de plástico como cálculo medio», se informa en el artículo. Dada esta amplitud en las estimaciones, los investigadores afirman que es necesario considerar el estudio como preliminar, una aproximación de primer orden. Afirman así que es necesario aumentar la resolución del muestreo para reducir el intervalo de confianza asociado con la variabilidad en las concentraciones espaciales de plástico y el efecto de la mezcla vertical inducida por el viento. Para más información, consulte: Página web del proyecto en CORDIS
Países
Alemania