Hacia ciudades inteligentes: eficiencia energética desde la producción hasta el consumo
Para que una ciudad se considere «inteligente» y sus habitantes vean sus necesidades cubiertas de la manera más eficaz y sostenible posible, es necesario que las autoridades urbanas (públicas y privadas) apliquen una gestión coordinada de los recursos materiales, medioambientales y humanos. No obstante, hoy en día son muchos los servicios urbanos distribuidos entre diversos proveedores. En el caso del suministro energético, servicios como los de calefacción y alumbrado están distribuidos entre varios sistemas de gestión energética independientes, situación que impide aumentar su eficacia y ahorrar costes. El proyecto financiado por la Unión Europea BESOS se propuso eliminar esta falta de coordinación mediante un sistema de gestión avanzado e integrado. Este sistema se diseñó para ofrecer a cada barrio acceso a herramientas de apoyo a las decisiones sobre infraestructuras públicas y al mismo tiempo ofrecer a los ciudadanos acceso a información más detallada en la que basar sus decisiones. Plataforma de información en apoyo a la toma de decisiones La propuesta de BESOS permite conectar distintas tecnologías informáticas de gestión para que compartan información en una «Plataforma de servicios energéticos confiable y abierta» (Open Trustworthy Energy Service Platform, OTESP) a la que también pueden acceder aplicaciones de terceros. La OTESP sirve de nodo de información para distintas partes interesadas en el ámbito energético. Su desarrolló se dividió en varias fases. En primer lugar se concretaron necesidades, casos prácticos e indicadores clave del rendimiento (KPI) para cada situación, como por ejemplo el alumbrado público y los sistemas de calefacción y refrigeración. A continuación se desarrollaron e implementaron modelos de arquitectura y datos comunes de tal forma que los usuarios finales pudieran servirse de ellos sin menoscabo de la privacidad. Su diseño garantizó su capacidad para interactuar con los distintos sistemas de gestión de energía de cada barrio. La metodología tuvo en cuenta a los propietarios de las infraestructuras, por lo general ayuntamientos, y a las empresas de servicios energéticos. La plataforma destinada a compartir los datos ofreció a los propietarios de las infraestructuras una «tarjeta de puntuación de balance empresarial» (Business Balance Score Card) con la que evaluar el rendimiento de los contratos de nivel de servicio (SLA) contraídos con empresas de servicios energéticos y gestores de instalaciones. Para vigilar y controlar las infraestructuras e implementar estrategias de eficiencia energética también fue necesario acceder a un panel de control del sistema de apoyo a las decisiones. El proyecto generó un «sistema de predicción energética», el cual, en palabras de Manuel Serrano Matoses, coordinador del proyecto, «es uno de los resultados principales del proyecto, pues es capaz de predecir la producción de aerogeneradores y paneles fotovoltaicos y el consumo de cada recurso, esto es, edificios, alumbrado público, vehículos eléctricos, etc., y por tanto supone una herramienta básica de planificación». En el ensayo, realizado en Barcelona y Lisboa con configuraciones distintas para cada caso, se contó con acceso a varias infraestructuras públicas, como alumbrado público, edificios públicos y de viviendas, sistemas de microgeneración fotovoltaica (cincuenta y cinco instalaciones), aerogeneradores, calefacciones inteligentes, sistemas de cogeneración, puntos de carga de vehículos eléctricos y sistemas de movilidad. En total se tuvo en cuenta 168 MWh/año de electricidad producida y más de 250GWh/año de electricidad consumida. En la evaluación de los resultados participaron ciento cincuenta expertos y ciudadanos, y se calculó que las ciudades implicadas recuperarían su inversión, en términos de costes y beneficios, en un periodo de cuatro a cinco años, siendo la reducción de costes del orden del 30 %. Los ensayos piloto lograron mejorar los objetivos de reducción de emisiones de CO2 del 20 % (20,65 % en Barcelona y 23,91 % en Lisboa), generando así lo que el Sr. Serrano describe como «una mejora notable de la calidad de vida para los ciudadanos europeos». Añadió además que «si se tiene en cuenta la situación económica actual y la dependencia de las fuentes de energía, la creación de una herramienta de información para las autoridades públicas con la que gestionar y controlar mejor la electricidad ayudará a estabilizar los presupuestos de los ciudadanos y de los proveedores de servicios». Oportunidades nuevas para los pioneros digitales El sistema de BESOS es de acceso abierto y está disponible tanto para partes interesadas (como empresas de servicios energéticos y autoridades públicas) como para usuarios particulares. De esta forma, además de aumentar la eficacia del servicio, uno de los impactos principales de BESOS, se brinda a consumidores y ciudadanos la capacidad de tomar decisiones que reduzcan sus costes y aumenten tanto la eficiencia energética como la sostenibilidad en términos generales. De hecho, se espera que esta mayor capacidad de decisión adquirida por el consumidor sirva de inspiración a los emprendedores digitales para generar nuevas oportunidades empresariales. La tecnología está diseñada para integrarse en dispositivos de gestión energética de distinta complejidad y por tanto los resultados del proyecto presentan un potencial elevado de transferencia y ampliación a otras capitales de todo el mundo, sin importar su tamaño o ubicación. En el proyecto ya se han identificado varias oportunidades empresariales para 2017 y se espera comercializar una gama de productos entre los que se incluirán «paneles de control de ciudades inteligentes» y la «herramienta de predicción energética». Además, para fomentar la adopción de esta tecnología, el consorcio del proyecto BESOS participa en varias alianzas internacionales cuyo objetivo es lograr progresos hacia las ciudades inteligentes. Para más información, consulte: Página web del proyecto
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