Estudio del proceso de toma de decisiones para dilucidar trastornos neurológicos
Ya lo dice el refrán: «Hombre prevenido vale por dos». La capacidad de prever acontecimientos, sea en tareas cotidianas o en situaciones de riesgo mortal, permite tomar decisiones más acertadas. Un grupo de investigadores financiados con fondos europeos ha descubierto aspectos desconocidos hasta ahora de cómo el cerebro humano gestiona la incertidumbre, y de ese modo ha permitido ahondar en los mecanismos neuronales en los que se sustentan los comportamientos pertinentes. La mejor noticia es que las futuras investigaciones acerca del declive progresivo de dichos mecanismos como parte del envejecimiento natural podrían deparar avances trascendentales en el tratamiento del Parkinson, la depresión y el ictus, entre otras afecciones. En Europa hay cerca de 1,2 millones de enfermos de Parkinson, una enfermedad neurológica progresiva que se caracteriza principalmente por mermar la movilidad corporal. A pesar de que no se trata de una enfermedad mortal en sí, a medida que avanza, quienes la padecen pueden sufrir otro tipo de problemas más graves, como caídas o dificultades para tragar o incluso para pensar. El mayor logro de ACTSELECTCONTEXT, proyecto de cuatro años de duración finalizado en mayo de 2016, radica en haber demostrado que tres importantes sustancias químicas implicadas en la señalización encefálica determinan el modo en que el cerebro gestiona la incertidumbre. La noradrenalina regula los cálculos sobre la inestabilidad del entorno, la acetilcolina ayuda a adaptarse a los cambios del entorno, y la dopamina incita a actuar conforme a lo que creemos frente a la incertidumbre. Los investigadores del proyecto conjugaron intervenciones farmacológicas, por un lado, y novedosos modelos informáticos, por el otro, para desentrañar de qué modo las tres sustancias químicas mencionadas capacitan al cerebro para que aprenda las relaciones —en devenir constante— que tienen lugar a nuestro alrededor. Esta labor deparó conocimientos fundamentales sobre cómo el ser humano es capaz de tomar decisiones, con flexibilidad y eficacia, en respuesta a los cambios del entorno. Por ejemplo, el equipo científico apunta a una posible disminución del nivel de dopamina como causa de algunos síntomas del Parkinson. Por otro lado, se sabe poco acerca de la interacción orquestada que se da entre las distintas regiones cerebrales, en términos de conectividad efectiva, y que es imprescindible para esta flexibilidad de comportamiento. Los artífices de ACTSELECTCONTEXT lograron demostrar que las regiones cerebrales que rigen los movimientos pueden resultar influidas por otras regiones especializadas en computar lo que es probable que ocurra (por ejemplo, en tenis, dónde tirará el contrincante) o bien por regiones cerebrales que determinan el movimiento que proporcionará una recompensa mayor (por ejemplo, ir a la cocina y abrir un paquete de galletas). No obstante, dicha influencia se produce tan solo si la decisión implica movimiento, a diferencia de si se trata de una decisión abstracta, sin actividad física. Asimismo, en opinión de los investigadores, una alteración de la comunicación entre las regiones cerebrales «decisorias» y las regiones locomotoras podría desbaratar la conversión de las decisiones en movimientos correctos, como les ocurre a los enfermos de Parkinson. Todos estos descubrimientos han sido posibles gracias a la colaboración de ciento veintiocho voluntarios sanos, quienes se prestaron a realizar tareas diseñadas para examinar sus tiempos de reacción ante la incertidumbre. Estos individuos recibieron previamente un placebo o bien un fármaco bloqueador de la noradrenalina, la acetilcolina o la dopamina. Después debían responder a una serie de símbolos. Los patrones de probabilidad se modificaban sin previo aviso, lo que les obligaba a descifrar los nuevos patrones y ajustar sus respuestas en consecuencia. La revista científica PLOS ha publicado en su número de este mes un artículo dedicado a esta investigación. Para más información, consulte: Página del proyecto en CORDIS
Países
Reino Unido