Conexión con la jungla y otras zonas apartadas del mundo
Sin duda, el mundo moderno está muy interconectado y dominado por los dispositivos móviles. Gracias a la extensa implantación de la telefonía móvil, es posible comunicarse por voz o mensaje de texto estés donde estés. Pero sigue habiendo excepciones: las zonas rurales y verdaderamente aisladas, como la jungla amazónica. Muchas de esas zonas están habitadas por población escasa y de renta baja. En esos sitios, el coste de implantar las infraestructuras convencionales para la red de acceso y retorno es muy elevado y, por ello, la rentabilidad económica es casi mil veces inferior que en cualquier otro proyecto en zonas urbanas. En consecuencia, las empresas de telefonía móvil suelen dejar de lado estas zonas. Por desgracia, precisamente estos lugares son los que más necesitan ayuda y apoyo al desarrollo, siendo la comunicación un componente crucial. Para cubrir esta laguna, los artífices del proyecto financiado con fondos europeos TUCAN3G se han propuesto introducir servicios de telefonía y datos móviles en las zonas más rurales y aisladas del mundo. Simple, barato y potente a la vez La propuesta de TUCAN3G consiste en utilizar nuevas tecnologías inalámbricas para crear redes de acceso basadas en femtocélulas 3G. Estas femtocélulas, que se asemejan a un enrutador inalámbrico, son a grandes rasgos estaciones base pequeñas y de baja potencia que actúan como repetidores capaces de ampliar las señales. Según los investigadores del proyecto, la ventaja de utilizar las femtocélulas es que funcionan con energía solar, por lo que no necesitan las costosas infraestructuras energéticas que, sencillamente, resultan inviables en las zonas apartadas. Por ejemplo, una instalación de acceso en sentido clásico puede costar al menos 40 000 euros, mientras que una femtocélula se puede adquirir por apenas 500 euros. Además, las femtocélulas son fáciles de instalar y se les puede dar mantenimiento a distancia, con una sencilla reconfiguración. Saludos desde el Amazonas Para probar la viabilidad económica de este sistema, el equipo del proyecto TUCAN3G estableció una plataforma de demostración en una zona muy remota de la selva amazónica. El experimento consistió en dos plataformas que brindaban conexión telefónica 3G a seis aldeas de la ribera del río Napo, situado en la región de Balsapuerto (Perú), en la zona noreste del Amazonas. En cada aldea se instalaron únicamente estas pequeñas femtocélulas 3G y, de este modo, los residentes pudieron comunicarse con sus parientes, solicitar servicios sanitarios e incluso negociar el precio de las cosechas que pretendían vender. El coste del servicio de voz por IP fue de unos 9 euros en tarifa plana, a lo que se añadía el coste de los kilobytes descargados. Desde la implantación del sistema, los habitantes realizan una media de cuarenta llamadas al día. Hacia la conectividad universal Además de conectar aldeas remotas, el proyecto logró que las autoridades locales prestasen apoyo a operadores de telefonía móvil pequeños y rurales conectados a la red de Telefónica, para garantizar así una conectividad constante a los residentes de la zona. Asimismo, un banco de desarrollo sudamericano ha adjudicado fondos por valor superior a 700 000 euros para ampliar este programa a otras quince aldeas. Pero quizás el logro más destacado del proyecto haya sido demostrar la viabilidad económica de desarrollar infraestructuras de telecomunicaciones móviles sostenibles a largo plazo en aldeas remotas de menos de doscientos cincuenta habitantes. Si se piensa en el número de aldeas apartadas —no sólo en países en vías de desarrollo, sino también en todo el mundo desarrollado—, salta a la vista que el proyecto TUCAN3G podría tener una repercusión inmensa. Gracias a investigaciones como esta, la conectividad universal podría ser pronto una realidad. Para más información, consulte: Página web del proyecto TUCAN3G
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