Las emisiones domésticas, claves para reducir la contaminación atmosférica en Pekín
La primera vez que la opinión pública internacional oyó hablar de la elevada contaminación atmosférica fue antes de los Juegos Olímpicos de verano de Pekín, cuando se dio orden a las fábricas de detener la producción para no dañar la salud de turistas, espectadores y atletas. Actualmente, la concentración media diaria de las partículas más pequeñas (capaces de penetrar en lo más profundo de los pulmones y provocar afecciones respiratorias crónicas y agudas, cardiopatías y cáncer de pulmón) rebasa más de seis veces el umbral de seguridad recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También se registran niveles elevados y peligrosos de otros contaminantes importantes como el ozono. Cofinanciado por el proyecto europeo PURGE (Public Health Impacts in Urban Environments of Greenhouse Gas Emissions Reductions Strategies), pero dirigido por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California-Berkeley, la Universidad de Princeton y la Universidad de Pekín, este estudio ha sacado a relucir que concentrarse únicamente en reducir los contaminantes emitidos en Pekín y sus suburbios (y no en toda la región) podría limitar la eficacia esperada de los esfuerzos emprendidos para controlar la contaminación. Este estudio se publicará próximamente en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Science. «Es imposible que el ambiente exterior sea limpio si un porcentaje elevado de la población quema combustibles contaminantes en su hogar varias veces al día», señaló el profesor Kirk Smith de la Universidad de Berkeley. «El humo generado en el interior de las viviendas sale al exterior y contribuye en buena medida a la contaminación atmosférica de la región». El estudio de modelización realizado por los investigadores es el primero en incorporar conjuntos de datos locales y regionales sobre las emisiones atmosféricas y en combinarlos con información procedente de la modelización de los impactos meteorológicos y la química atmosférica en esta región, con el propósito de obtener estimaciones del efecto de las emisiones domésticas en los meses de invierno, cuando es mayor la demanda de calefacción. El equipo científico opina que reducir las emisiones procedentes de las viviendas podría mejorar en mayor medida la calidad del aire en la Llanura del Norte de China (donde se ubica Pekín) que las reducciones en otros sectores. China elaboró un plan quinquenal para abordar la contaminación atmosférica en la región de Pekín, persistentemente elevada, pero no tuvo en cuenta las emisiones domésticas, sino que se centró en las emisiones de la industria. Concretamente, los investigadores utilizaron el «Weather Research and Forecasting Model with Chemistry», un modelo desarrollado en los Estados Unidos y empleado por científicos de todo el mundo para generar simulaciones atmosféricas empleando datos reales de China. Sus esfuerzos se centraron en las provincias de Pekín, Tianjin y Hebei, que suman en total una población superior a los 100 millones. Seguidamente, realizaron estimaciones de las contribuciones relativas de las fuentes de emisiones empleando datos de 2010 y modelizaron distintas proyecciones de reducciones de las emisiones para estimar la reducción de las partículas pequeñas en estas regiones que se conseguiría mediante distintas intervenciones de mitigación. Los investigadores concluyeron que, con tan sólo eliminar las emisiones domésticas, se reduciría en aproximadamente un 22 % la concentración de partículas pequeñas contaminantes en Pekín durante el invierno, pero que si se eliminasen esas emisiones en las tres provincias que rodean Pekín se conseguiría prácticamente duplicar la reducción de la concentración de partículas en esta ciudad. Dicho de otra manera, según Smith, Pekín no puede actuar por sí sola para controlar el nivel de contaminación, y la investigación ha resaltado la importancia de la cooperación entre las regiones. «A menor escala, aquí en la Bahía [de San Francisco], el control de la calidad del aire no se limita a San Francisco y Oakland, sino que se coordina entre los nueve condados de la zona de la Bahía a través de un ente regulador regional», explicó Smith. Conviene destacar que el equipo científico no pretendía evaluar la posible influencia en el cambio climático de los esfuerzos de China por reducir la quema doméstica de combustibles basados en biomasa suministrando gas natural. Tampoco aspiraban a analizar las ventajas sanitarias de disminuir las emisiones domésticas. Para más información, consulte: Página web del proyecto
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Reino Unido