Un paso más hacia el páncreas artificial
Los médicos podrían en un futuro cercano ofrecer a estos pacientes un páncreas artificial que administre insulina de forma automática cuando la concentración de glucosa en sangre sea demasiado alta. Un consorcio europeo ha creado un dispositivo que va un paso más allá y que podría ofrecer a Europa una ventaja competitiva en este mercado nuevo. Una de las mayores preocupaciones con las que viven los diabéticos es su concentración de glucosa en sangre. En Internet abundan los artículos con consejos sobre la mejor manera de regularla, pero lo cierto es que no existe todavía ningún sistema que permita relajarse a los pacientes. Así, están obligados a mantener una dieta saludable, ejercitarse y, cuando la dieta no basta, utilizar un dispositivo de control continuo de glucemia —o glucómetro— e inyecciones o una bomba de insulina para reducir la glucemia. La única luz al final del túnel está en el páncreas artificial, una tecnología que —cuando llegue a comercializarse— les ayudará a regular la concentración de glucosa. El proyecto financiado por la Unión Europea PCDIAB (A Portable Bihormonal Closed Loop for Diabetes) es una de las iniciativas científicas más prometedoras dedicadas a crear un páncreas artificial y ponerlo al alcance de los pacientes. Puesto en marcha en 2011, la Comisión Europea acaba de concederle una ampliación de nueve meses en vista del potencial del nuevo dispositivo. A diferencia de otros páncreas artificiales en proceso de desarrollo, el sistema de PCDIAB es un dispositivo bihormonal capaz de elevar o reducir los niveles de glucosa en función de los datos recabados por sus sensores. El Dr. Hans DeVries, coordinador del proyecto, nos habló sobre el potencial del dispositivo y los planes para comercializarlo. ¿Qué beneficios aporta a los pacientes el páncreas artificial de PCDIAB? Los pacientes con diabetes de tipo 1 deben calcular varias veces al día la dosis adecuada de sus inyecciones de insulina. Esta labor conlleva vigilar la concentración de glucosa en sangre mediante punciones digitales y también calcular la influencia de las comidas, el ejercicio, el estrés y otros factores en la concentración de glucosa. Mantener a raya dicha concentración resulta fundamental para evitar complicaciones relacionadas con la diabetes. No obstante, el control de la concentración de glucosa mediante un tratamiento con insulina depende de que se produzcan o no episodios de hipoglucemia. Así, los objetivos de referencia para el control de la glucosa son muy complicados de alcanzar para una amplia proporción de pacientes. Mediante el empleo de un páncreas artificial es posible automatizar el control de la glucosa para que se mantenga en una concentración cercana a la normal y evitar la hipoglucemia. Se elimina de este modo la carga que supone la autogestión. Los cambios en la glucosa, incluidos los provocados por las comidas o el ejercicio, se corrigen sin que sea necesaria la intervención del paciente. ¿Es fácil de utilizar? Los pacientes que participaron en el primer ensayo clínico opinaron que el dispositivo era fácil de utilizar. Es necesario interactuar con el dispositivo de un modo adecuado para que funcione como es debido. La interfaz del usuario se mejorará gracias a la información aportada por estos pacientes para que sea más intuitiva y de este modo adecuada para todo tipo de personas. ¿En qué se parece su sistema a las prácticas y tecnologías actuales? Se pueden destacar dos ámbitos. En primer lugar y en comparación con otros proyectos de páncreas artificial basados «solo en insulina», PCDIAB se sirve de glucagón (para aumentar la concentración de glucosa en caso necesario) y de insulina (para reducir dicha concentración). El empleo de dos hormonas abre la puerta a un dispositivo completamente reactivo. En segundo lugar y en comparación con la tecnología ya comercializada, esto es, bombas de insulina y monitores continuos de la glucosa gestionados por el paciente, el páncreas artificial toma el control de esta gestión en lugar del paciente. ¿Cuáles han sido las principales dificultades para el desarrollo del páncreas artificial de PCDIAB? Hubo dos retos importantes. El primero consistió en el montaje de un dispositivo en miniatura que integrase dos bombas —una para la insulina y otra para el glucagón— con dos sensores y los programas informáticos fundamentales implementados por partida doble, uno de ellos para ejercer de dispositivo de seguridad. Esta labor ya ha finalizado pero nos ha llevado más tiempo del planeado. El segundo reto pasa por dar con un fabricante de glucagón estable o un análogo. Mantenemos una colaboración activa con empresas que tienen dicha capacidad, pero es una labor que podría llevar años. Uno de los objetivos era ofrecer a Europa una ventaja competitiva en este ámbito. ¿Cabría decir que lo han logrado tras tres años de proyecto? Sólo unas pocas empresas europeas lograrán comercializar un páncreas artificial. La Juvenile Diabetes Research Foundation de Estados Unidos, la fundación de mayor envergadura dedicada a la financiación de sistemas contra la diabetes de tipo 1 en todo el planeta, señaló varias empresas que podrían estar en condiciones de comercializar páncreas artificiales. En ella se muestran dos grandes empresas de Estados Unidos y una europea, dos empresas medianas de Estados Unidos, y dos empresas pequeñas estadounidenses y una de la UE; esta última es Inreda, el socio industrial de nuestro proyecto PCDIAB. Así que en mi opinión deberíamos estar en condiciones de lograrlo. El proyecto ha llegado a la fecha en la que estaba previsto que finalizase, ¿se han planteado cómo seguir desarrollando la tecnología? Nos alegra enormemente contar con la ampliación de nueve meses concedida recientemente por la Comisión. Sin duda nos planteamos comercializar el producto tras la finalización del proyecto en un plazo de unos años. PCDIAB Coordinado por el Centro Médico Académico de los Países Bajos. Financiado con arreglo a FP7-HEALTH. Sitio web del proyecto
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