Catalización del cambio industrial con enzimas de origen marino
Abril de 2015 fue testigo del lanzamiento de un ambicioso proyecto de cuatro años, financiado con fondos europeos, que pretende aprovechar el inmenso potencial de las enzimas de origen marino. El consorcio del proyecto INMARE (Industrial Applications of Marine Enzymes: Innovative screening and expression platforms to discover and use the functional protein diversity from the sea) ha reunido a un equipo de expertos de talla mundial con el fin de identificar enzimas nuevas y novedosas que podrían ser de utilidad para distintos sectores, desde la cosmética hasta la medicina. Las enzimas se utilizan con profusión en la industria química y también son cruciales para otros sectores en los que se necesitan catalizadores biológicos. Sus usos comprenden la elaboración de cerveza, la producción de biocombustibles y detergentes biológicos y la fabricación de papel. Los microorganismos marinos, como bacterias, hongos, esponjas y algas, han sido reconocidos como fuentes de enzimas disponibles pero poco aprovechadas. Sólo se ha llegado a comercializar una pequeña fracción de las enzimas marinas posibles. El equipo del proyecto INMARE opina que se está desaprovechando esta oportunidad. En las severas condiciones del medio ambiente marino podrían obtenerse ingredientes resistentes capaces de sobrevivir a procesos industriales extremos, lo que podría ayudar a reducir los costes para las empresas a largo plazo. Esto se debe a que la optimización de las enzimas, es decir, el proceso para hacerlas más estables y que ofrezcan mayor rendimiento, puede resultar lenta y cara. Esa optimización abarca la mejora de algunas características como la resistencia al calor o la capacidad de sobrevivir a una presión extrema. El proyecto INMARE utilizará nuevas técnicas de cribado para identificar enzimas de origen marino potencialmente prometedoras. Los microbios capaces de sobrevivir en condiciones difíciles, como presión, salinidad o temperatura extremas, serán de especial interés. Esos microbios podrían contener enzimas capaces de cumplir funciones en entornos industriales en condiciones físicas y químicas severas sin necesidad de optimizarlas. Este proyecto también será el primero en usar la tecnología del descubrimiento de genes basado en la bioinformática. Otro elemento importante del proyecto será la promoción de la sostenibilidad ambiental. Ahora que los recursos globales se agotan a un ritmo cada vez más rápido, los recursos microbiológicos marinos sin explotar podrían proporcionar a la industria una fuente prácticamente ilimitada de productos más seguros, baratos y ecológicos, siempre que se gestionen de forma prudente. El proyecto no parte de cero, pues se basa en investigaciones anteriores financiadas con fondos europeos. El proyecto MACUMBA, por ejemplo, que estará en marcha hasta julio de 2016, ha ayudado a identificar nuevas formas de cultivar y aumentar la eficiencia de crecimiento de microorganismos marinos en hábitats tanto convencionales como extremos. Asimismo, el proyecto europeo MAMBA desarrolló nuevos métodos de cribado de microorganismos para detectar actividad enzimática útil. Además, el consorcio del proyecto INMARE ya tiene acceso a más de cien genotecas que contienen microbios de distintos entornos que están listos para analizar. El equipo se propone añadir a esta genoteca muestras de ADN extraído de ambientes marinos extremos que aún no han sido debidamente investigadas. El proyecto INMARE consta de más de veinte socios de entidades académicas e industriales de doce países, incluidos socios industriales de multinacionales líderes en sus respectivos sectores. Los miembros del proyecto esperan haber descubierto, para 2019, enzimas microbianas capaces de aportar productos químicos finos respetuosos con el medio ambiente, nuevas tecnologías de limpieza e, incluso, medicamentos oncológicos. Para más información, véase: Página web del proyecto
Países
Reino Unido