Tendencias científicas: El significado de unas nubes extraordinariamente altas en Marte
El mal tiempo no es exclusivo de la Tierra; telescopios terrestres y espaciales han detectado múltiples nubes de cristales de hielo sobre Marte. Estos penachos poco usuales, detectados en marzo y abril de 2012, han llamado la atención de la ciencia y podrían revelar múltiples secretos sobre el estado de la atmósfera marciana. Precisamente son objeto de un estudio nuevo publicado en Nature y dirigido por el astrónomo Agustín Sánchez-Lavega de la Universidad del País Vasco en Bilbao (España). El estudio trata sobre dos penachos brillantes localizados a una altura excepcional en el límite entre el día y la noche de Marte que fueron detectados por astrónomos aficionados en la primavera de 2012. Se calcula que las nubes se situaban a entre doscientos y doscientos cincuenta kilómetros sobre la superficie de Marte. Abarcaron una superficie de cerca de quinientos y mil kilómetros en los ejes norte-sur y este-oeste respectivamente y duraron unos diez días. Además su estructura cambiaba de un día para otro. Según se apunta en Nature, resulta complicado explicar la extremada altura alcanzada por los penachos. Para desentrañar su importancia, el equipo de Sánchez-Lavega coordinó las observaciones de varios astrónomos aficionados e investigó las imágenes disponibles de Marte captadas por naves espaciales. En su labor se sirvió de fotometrías con las que explorar dos posibles hipótesis e investigar su naturaleza. Una implica que los penachos se habrían formado por cristales de dióxido de carbono o vapor de agua congelados. Otra que el penacho habría sido una aurora relacionada con una región conocida en la superficie en la que existe una anomalía de gran magnitud en el campo magnético de la corteza. Esta aurora sería unas mil veces más brillante que las que se producen en la Tierra. No hay respuestas completamente satisfactorias, y en el resumen del estudio publicado se hace hincapié en que las dos explicaciones propuestas podrían entrar en conflicto con el conocimiento que se posee en la actualidad sobre la parte superior de la atmósfera de Marte. El equipo sigue tratando de dilucidar este misterio, labor para la que podrían recabar ayuda de la NASA y de la Agencia Espacial Europea (ESA) en los años venideros. Según se indica desde la ESA, será posible obtener más información tras la llegada a Marte del Satélite para el estudio de Gases Traza (TGO), parte de la contribución de la ESA a la misión ExoMars, cuyo lanzamiento está previsto para 2016. En Nature se sugiere que la aeronave MAVEN de la NASA, actualmente en la órbita marciana, podría haber detectado el penacho si hubiera estado orientada «hacia el lugar idóneo en el momento oportuno», una situación que por desgracia aún no se ha producido. Para más información, consulte: http://www.nature.com/nature/journal/vaop/ncurrent/full/nature14162.html
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