Una investigación novedosa para combatir las emisiones de N2O
El óxido nitroso (N2O) es el tercer gas que más contribuye al efecto invernadero —casi tanto como el CO2 y el metano— y a la destrucción de la capa de ozono estratosférico. Diversos microorganismos son los responsables de la mayoría de las emisiones de N2O, derivadas de los procesos de nitrificación y desnitrificación. Disponer de un mayor grado de comprensión de las características ecológicas y fisiológicas de estos organismos representa un aspecto clave para reducir la liberación de N2O en los ámbitos de la agricultura y el tratamiento de residuos. El proyecto financiado con fondos europeos NORA (Nitrous oxide research alliance training network) ha identificado varios factores que influyen en el volumen de N2O producido y ha propuesto diversas soluciones. El equipo de NORA —compuesto por nueve socios del dominio académico y cinco del sector industrial— tiene un marcado componente interdisciplinar. Su labor abarcó desde estudios a nivel celular hasta investigaciones de campo. Esto incluyó análisis bioquímicos, microbiológicos y fisiológicos detallados de microorganismos relevantes, la elaboración de modelos matemáticos para entender la regulación biológica de la desnitrificación, estudios sobre la regulación de cepas aisladas de importancia capital, así como análisis centrados en cómo la composición de la comunidad microbiana y la gestión del suelo se relacionan con las emisiones de N2O y en el modo en que dicho vínculo se ve afectado por distintos factores ambientales. Además, se descubrieron nuevos mecanismos de regulación relativos a bacterias y al N2O y se generaron conocimientos sobre bacterias y organismos específicos que actúan como sumideros de N2O. Los hallazgos también revelan que resulta posible disminuir las emisiones de N2O incrementando los niveles de pH de suelos ácidos, haciendo que los suelos dispongan de suficiente cobre y utilizando fertilizantes de liberación lenta, por un lado, y que en las plantas de tratamiento de residuos podrían existir organismos capaces de reducir significativamente la liberación de N2O, por otro. Asimismo, el equipo creó un nuevo robot con el que medir sobre el terreno las emisiones de N2O, permitiendo así un control efectivo de experimentos de campo. El proyecto NORA ha propiciado la aparición de una nueva generación de investigadores consagrados a cuestiones relacionadas con el nitrógeno. La iniciativa organizó cinco escuelas de verano centradas en temas relevantes y favoreció la contratación de nueve investigadores noveles y tres becarios. También se celebraron dos talleres sobre elaboración de modelos matemáticos y mediciones de flujos de gas en ecosistemas terrestres, así como la XXI edición del encuentro «European Nitrogen Cycle», que incluyó una charla abierta al público. Los resultados, que se divulgaron en revistas científicas, artículos y en televisión, ofrecieron información valiosa sobre fertilizantes y métodos de gestión de suelos para reducir las emisiones de N2O. Sin duda, la labor del proyecto servirá para orientar a los responsables políticos a la hora de gestionar el N2O y contribuirá a combatir el calentamiento global.
Palabras clave
Emisiones de N2O, óxido nitroso, calentamiento global, tratamiento de residuos, NORA, gases de efecto invernadero